CAPÍTULO 2: FRENTE A FRENTE.

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El clima no ayudaba a Dayana con sus nervios.

Mientras más nerviosa se sentía, más sudaba; y si el día era caluroso, se convertía en un desastre total... Y eso era exactamente en lo que se había convertido desde que recibió la notificación de su jefe por WhastApp.

El Sr. Trembley le indicó que tendrían una reunión de carácter de urgencia por videollamada y ella no sabía qué diantres hacer con sus nervios y su vestimenta.

Tenía el día entero pintando las paredes de su estudio... ¿Cómo iba a presentarse en la reunión usando un overol de jean y una pañoleta en el cabello?

—Creo que debiste decir que no podías presentarte en la reunión por enfermedad. —le dijo su hermana, al tiempo que trapeaba el suelo del estudio que estaba manchado con pintura derramada.

Diana suspiró luego de escuchar las palabras de su hermana.

Daryana siempre encontraba soluciones fáciles para todo... Mismas que siempre parecían atentar contra la responsabilidad y el sentido común.

¡Cómo si todo fuera tan fácil!, se dijo así misma.

—No es tan sencillo, el Sr. Trembley se esfuerza por hacerme espacio en su apretada agenda y mantener algunas reuniones conmigo para hablar de las decoraciones y temáticas que quiere en los nuevos locales... No puedo sólo "cancelarle". Además, siempre que tenemos reuniones avanzamos bastante rápido pues hasta yo misma he notado que mientras hablamos fluyen las ideas. —explicó Dayana a su hermana a su hermana que rápidamente la miró con coquetería.

—Sí, por supuesto... Eso y que te encanta ver a tu jefe por video llamada. —soltó su hermana en un tono burlón haciendo que Dayana se sonrojara. —Siempre que terminas tus dichosas reuniones andas de muy buen humor, incluso me prestas tu ropa de buen agrado. —agregó.

—¡Cállate, tonta! ¡No digas eso! —le dijo Dayana al tiempo que le lanzaba una bola de periódico arrugada. Su hermana soltó una carcajada y salió del estudio mientras seguía burlándose de ella en voz alta.

Dayana puso los ojos en blanco y se llevó las manos a las mejillas porque las sentía ardiendo de la vergüenza.

Sí, la verdad era que Dayana no tenía problema en hacer sus reuniones de horas y horas a través de videollamadas con su jefe.

Hunter Trembley había sido bastante amable con ella desde el principio, en ocasiones rayaba en lo exagerado con su amabilidad y consideración con ella. Pero estaba segura de qué eso era parte de su personalidad, pues había sido así desde que lo conocía... y la verdad era que eso le encantaba.

Dayana no había querido profundizar en sus sentimientos, ni evaluarlos; pero la verdad era que, si ella no estaba enamorada aún, lo que sentía se parecía mucho. En más de una ocasión soñó con su jefe de maneras inapropiadas que de seguro le costarían el despido si alguno de sus compañeros de trabajo llegara a enterarse... Pero, ¡es que era imposible no enamorarse de su jefe cuando el hombre parecía mostrarse tan auténtico y amigable con ella!

La mayoría del tiempo, sus reuniones (que él había denominado "proceso creativo en conjunto") eran en horas fuera de su horario de trabajo, razón por la que Hunter siempre le depositaba más dinero del que correspondía por su contrato.

La primera vez que eso sucedió, ella intentó reclamarle pero él le dijo con una gran sonrisa que ese era el pago por las horas extras de proceso creativo.

Mientras ella pensaba en eso y sonreía como una tonta, vio como la pantalla de su portátil se iluminaba y le anunciaba de una video llamada entrante.

La fotografía sonriente de Hunter apareció en el identificador y Dayana sintió que su corazón se aceleraba como cada vez que recibía esa misma notificación.

San Valentín con el CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora