03. When you go away, I still see you

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La mochila pesaba sobre su hombro, tenía calor y le dolían las pantorrillas, pero seguía caminando porque su único deseo era llegar a su casa.

Taehyung suspiró mientras caminaba por el costado de la ruta a la parada de su autobús y el atardecer se reflejaba sobre el horizonte, más allá de los pastizales que cubrían los campos de cultivo donde trabajaba.

Estaba cansado.

"Hey, Tae" alguien lo llamó.

Él se detuvo y giró para encontrar a su compañero de trabajo corriendo hacia él.

"Con los chicos vamos a tomar algo al bar, ¿vienes?" Suho le palmeó el hombro.

Taehyung torció su boca.

Él era el más pequeño del grupo de jóvenes con el que trabajaba y a pesar de ello, siempre buscaron integrarlo. No eran precisamente amigos, pero se llevaba bien con ellos.

Sin embargo, era la primera vez que lo invitaban a salir con ellos y se sentía feliz de que lo hubieran hecho. Desde que dejó a medias su último semestre de la secundaria no volvió a ver a sus amigos y ellos no buscaron su amistad de nuevo, no veía tan seguido a sus vecinos porque trabajaba todo el día y nunca tuvo un amigo intímo con el cual contar.

Pero no podía.

Tenía diecinueve años, era saludable y tenía dinero porque hacía pocos días le habían pagado, debería de poder ir, pero también tenía un omega embarazado de diecisiete años que lo esperaba en su casa.

Taehyung parecía ser lo suficientemente grande para trabajar, tener su propio dinero y salir a beber luego del trabajo, pero a la vez demasiado joven para hacerse cargo de una familia.

Él mismo no pudo evitar sentir esa presión en su espalda porque a pesar de que no pensaba ni por asomo sacarse esa responsabilidad de encima, sí que era dura de sobrellevar.

Suspiró.

"Perdón, no puedo" sonrió a medias. "Otro día será"

"Está bien" Suho, uno de los mayores del grupo, le devolvió la sonrisa. "Siempre estarás invitado"

Los ojos del alfa más joven brillaron.

"Gracias"

Sólo eso pudo decir.

Luego de cuarenta minutos de viaje en autobús, con el ánimo por los suelos porque tuvo que ceder el asiento y el vehículo se quedó atascado en el tráfico, Taehyung bajó en la parada que le correspondía con la mochila colgando del hombro y los pies arrastrándose por el suelo.

Ya era de noche.

Caminó la media cuadra que tenía hasta la reja de su casa y con su llave sacó el candado que había puesto, vigilando a todos los lados por si alguien planeaba entrar y robar.

Entró apurado y cerró con rapidez la reja de nuevo, asegurándose de haberlo hecho bien. Dio sacadas hasta la casa de su abuela y maniobrando la llave como un maestro abrió la puerta y entró, aliviándose una vez puso el seguro y se apoyó contra la puerta.

El barrio era peligroso de noche y aunque él había crecido allí, nunca se acostumbró.

Ugh, quería mudarse.

"¿Tae?" Su abuela lo llamó desde la cocina.

El alfa reaccionó y se dirigió a donde la anciana lo llamaba.

"Sí, soy yo" llegó al marco de la entrada a la cocina y observó a su abuela con una sonrisa cansada. "Hola, abuela"

"Hola, hijo" le respondió prestando efímeramente atención para luego volcarse de lleno en el lavado de platos.

MILLION REASONS | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora