Miro mi móvil por sexta vez en apenas veinte minutos Y por supuesto, no hay nada. Ni un "hola" o al menos un visto. Las únicas llamadas y mensajes, que invaden incesantemente mi móvil, son de mi ex, pasando por las cinco etapas de duelo, pero aún sin llegar a la quinta fase. Los primeros mensajes dicen que, no podía creer que lo había reemplazado tan fácil. Al no obtener respuesta de mi parte inicio a llamarme puta, según él yo puse de "pretexto" su infidelidad solo para dejarlo e irme con otro. Cínico. Al seguir sin obtener respuestas de mi parte intento negociar conmigo, me dijo: " Hagamos algo, Yo me olvidaré de lo que vi, sí volvemos a ser parejas, la verdad es que te extraño." Él muy idiota se ha ido estancando en esa fase, pasando de la ira a la negociación, durante estas semanas.
Pero la realidad es que, lo que él quiere o tenga por decir me tiene sin cuidado, yo solo me he visto decaída y deseosa por aquel sexy hombre que se incrusto en mi piel.
¡Mierda!
Tengo veinticuatro años, soy una adulta independiente, no una quinceañera hormonal y sin control. Debo controlarme, ya dejaré de perder mi tiempo esperando un mensaje que, debió llegar hace tres semanas y hasta el día de hoy no ha llegado, esto solo me demuestra que no le intereso y que él no vale la pena.
Involuntariamente miro de reojo la pantalla de mi móvil en busca de aquel mensaje.
Me regaño mentalmente y me pongo a limpiar vasos ya limpios en una esquina oscura de la barra, simulando hacer algo de utilidad mientras me disocio a otro plano astral.
Qué patética me veo.
No, nada de eso, soy Jodidamente hermosa. Cada tarde en el restaurante y cada fin de semana que trabajo en la planta superior, donde se encuentra la discoteca, tengo al menos seis insinuaciones de hombre y mujeres que, quieren pasar un buen rato conmigo o una vida entera si me dejo. Puedo tener a quien se me plazca y aquí estoy, perdiendo el tiempo pensando en...¿él? si, él está bueno, pero yo lo estoy aun mas.
Me levanto de mi esquina combatiendo con mis enormes y habituada costumbre que tome estas ultimas tres semanas de ver la pantalla del móvil esperando una respuesta a ese "vuelve a equivocarte"
¿será que fue una frase muy dramática?
No lo creo, osea quizás si lo fui, pero... Ay, ya ni siquiera sé.
Decidida a cambiar la monotonía en la que me he enterrado, pongo mi mejor sonrisa seductora y atiendo al primer hombre atractivo que veo.
Una sonrisa. Dos miradas. Tres palabras y listo, ya tengo una cita para follar mañana por la noche en un club nocturno.
§§§
Su pelvis se estrella contra mi culo una y otra vez, en el repetitivo y tortuosos movimiento del vaivén de su cadera, al meter y sacar su verga de mi satisfecho coño. Gimo en alto ante la repentina mezcla del ardor con mi excitación cuando su palma se estrella con fuerza en la carne de mis nalgas.
Me levanto de golpe sintiéndome acalorada, sofocada, excitada y con el corazón acelerado.
Mierda, otra vez esos sueños húmedos con ese imbécil.
Me paso con frustración las manos por el rostro y me dejo caer sobre el colchón.
Aquella mañana agradecí al cielo por esa equivocación, pero mañanas como estas me hacen maldecir al cielo con todo mi ser. Me siento tan frustrada, mi coño solo hace cosquillar y mojarse, desde que no recordarlo se me hace casi imposible.
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Perversa confusión. (LIBRO I)
Historia Cortauna corta y erótica historia que nos va a dejar deseando que se equivoque otra vez. ||BORRADOR||