Capítulo 03

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Encontrar a Kim, fue algo demasiado fácil para Chay y aunque no estaba en su oficina, Chay recordaba bien lo que había detrás de la puerta que estaba por el escritorio. Abrió la puerta sin tocar y entró al lugar donde se encontraba el estudio de música oculto de Kim y sí, ahí estaba él.

La interrupción de Chay no pasó desapercibida para Kim que, al alzar la vista, casi no podía creer que su chico estuviera otra vez frente a sus ojos y no pudo evitar sonreír al verlo, que poco podría adivinar lo que sucedería después.

Era tanta la molestia de Chay, que al tener a un Kim sonriente frente a él no ayudaba y ya no pudo contenerse más. Primero resonó una cachetada por el lugar y después, Chay con ambas manos tomó a Kim de los hombros, solamente para propinarle tremenda patada entre sus piernas que lo dejó sin aire y sus ojos se nublaron de dolor.

Kim dobló su cuerpo intentando controlar su respiración, ya que el dolor entre sus piernas era tan fuerte que casi cae al suelo. Con una mano se sostuvo de lo primero que encontró porque sus piernas no le respondían se estaba acalambrando, pero poco le sirvió a Kim porque enseguida sintió que unas manos le empujaban con fuerza y entonces sin poder hacer nada porque estaba desprevenido, cayó con suma gracia al suelo.

— ¡Eres un idiota, Kim! – gritó Chay viéndolo caer.

Y aunque Chay quiso reír al ver como Kim caía, su molestia era tanta que la risa no salió de sus labios, limitándose a mirar. Tampoco pudo hacer nada cuando los dos chicos que lo venían siguiendo, lo tomaron de los brazos intentando contenerlo, a lo que Chay no pudo poner resistencia, ya que eran más altos y fuertes que él.

— ¡Suéltenme! – se dolió Chay, al parecer su valentía se estaba agotando, porque su voz tembló.

Al escucharlo, Kim se preocupó, por sobre su dolor se levantó del suelo y se recompuso para ayudar a Chay.

— ¡Suelten a mi chico! – ordenó Kim y los dos chicos obedecieron en el acto.

Al verse liberado, Chay algo desconcertado abandonó el estudio y se quedó en la oficina. Aquel lugar le parecía pequeño en comparación a la oficina. Intentó inhalar profundamente para controlarse mientras sobaba sus brazos en la parte donde lo habían sostenido esos chicos.

— Está bien, yo me encargo desde aquí. – dijo Kim dirigiéndose a los dos chicos, que salieron enseguida de la oficina.

Al escuchar su voz, Chay miró a Kim con reproche, y sin importarle esto, Kim estuvo a su lado en seguida.

Chay pudo sentir a Kim muy cerca, pues su voz resonó en su oído y pudo sentir su respiración sobre su piel. El cuerpo de Chay tembló un poco por la cercanía pues Kim lo había tomado por sorpresa y es que su cuerpo también podía recordar el de Kim. Y Chay volvió a estremecerse.

— ¿Te encuentras bien? ¿Te lastimaron?

— No pasa nada, más bien dime, ¿qué hiciste con tú canción? – preguntó Chay.

— ¿A qué te refieres?

— Quieres que te de otro golpe para que recuerdes por fin. – dijo Chay sin quitarle la mirada de encima, estaba muy molesto con él y por fin, Kim se dio cuenta.

— ¡Ah! Tú estás aquí por eso – comentó Kim con una risa traviesa.

— ¡No te rías!

— No me estoy riendo, en verdad, estoy feliz que estés aquí de nuevo Chay, aunque sea en estas circunstancias.

— ¡Eres un mentiroso Kim! – Chay se iba enojando un poco más cada vez.

— ¿En verdad se me nota tanto? – entonces Kim rodeó con sus brazos su cintura — Sin embargo, esta vez digo la verdad porque me encanta que hayas vuelto, aunque sea en estas circunstancias. Chay, no he podido olvidarte desde esa noche.

Escuchando Su Voz.... KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora