Capítulo 04

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La persona que tocó la puerta, era nada menos que el manager de Kim. Por fotos, como buen fan, Chay lo pudo reconocer.

— ¡Buenas tardes Kim! – saludó el manager ignorando por completo a Chay.

— ¡Buenas tardes! Estoy ocupado en este momento... - Kim intentó deshacerse del manager.

— Mi talentoso Kim, tú canción es todo un éxito y el que se haya colado parte del material original fue un plus. Ahora todo el mundo tiene más curiosidad por tú canción. Nunca pensé que tus aventuras alguna vez te llevarían al éxito. – ¿Cuándo se va a callar? Pensaba Kim, viendo como su manager lo hundía más y más. — Tengo que salir... ¿Quién es este chiquillo?

— Mi nombre es Chay. – le corrigió.

— Si, como sea. Chay, no debes estar aquí, será mejor que te vayas antes que alguien se dé cuenta que entraste aquí.

Chay lo miró con reproche.

— Está bien, yo me encargo. – Kim se levantó para sacar a su manager, casi empujándolo fuera de su oficina.

— Por cierto, dejé unas propuestas en mi escritorio, por favor revísalos.

Kim solamente asintió antes de cerrarle la puerta en su cara.

— Lo siento, lo siento por lo que dijo. – Kim se disculpó mientras observaba a Chay.

— Olvídalo, como sea, ya me iba. – Chay se veía agotado — No me busques. Tampoco quiero escuchar mi voz en ninguna de tus canciones de nuevo o que me dediques una canción, no quiero nada de ti.

— Chay no, por favor, ¿cómo podría olvidarte?

— Es mejor que lo hagas o la próxima vez que tenga que venir lo haré con mis padres.

Antes de que pudiera salir, Kim se apresuró a alcanzar a Chay tomándolo de la muñeca y lo hizo girar, solo para tocar sus labios ligeramente con los suyos a modo de despedida. Fue un pequeño roce, casi como una brisa.

A Chay ese pequeño beso desató muchas cosas en su interior, una de ellas y la que más rondaba por su cabeza, es que ese beso no le había gustado para nada, pues si se trataba de un último beso, no era muy bueno para una despedida.

Así que, con algo de torpeza, se adueñó de los labios de Kim, esos labios que le enseñaron a besar y le encantaban casi como una adicción. Chay mordió su labio inferior, lo que Kim aprovechó para meter su lengua en la boca, en una danza de lenguas que los dos seguían.

El beso se alargó hasta que casi les faltó el aire. Chay intentó separarse, pero Kim no lo dejó, ya que volvió a tomar sus labios, más esta vez lo besaba con delicadeza. Chay puso sus manos en el pecho de Kim cuando este lo atrajo más cerca.

Cuando el beso terminó, Chay empujó el pecho de Kim para tomar distancia de él. Kim pudo ver el rostro de Chay, este se veía confundido y triste. Kim sabía lo que eso significaba y antes de que pudiera decir algo Chay salió de la oficina dejándolo ahí sin poder hacer nada, su chico ya había tomado su decisión.

Kim cerró la puerta y antes de poder alejarse de ella, cayó de rodillas al suelo sin poder soportarlo, conteniendo las ganas de ir a buscarle y rogarle a Chay que no lo dejara, que volviera a él. Fue en ese momento en el que Kim se dio cuenta que lo amaba, que todo este tiempo estuvo enamorado de él.

— Dios, lo amo, lo amo mucho. Lo amo desde el primer momento en que lo vi... - Kim terminó sentándose en el suelo recargado en la puerta mientras ocultaba su rostro entre sus rodillas. Algunas lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos. — ¡Te amo Chay! – fue un grito de dolor que la persona indicada no pudo escuchar. Kim se quedó sentado en el frío suelo esperando su regreso.

Escuchando Su Voz.... KimChayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora