-No Laura por favor- Mi pañal se empezó a mojar, agrandándose a medida que se me iba escapando el pis, que intentaba, sin éxito, controlar.
-Sí, Luis, sí. Hay que ir a comprarte un cambiador de tu tamaño. Cambiarte en la cama no es higiénico- Argumentó Laura.
-P-pero esto no va a durar mucho tiempo...- Intenté convencerla, pero no tenía nada que hacer. Me continué haciendo pis.
-Llevas ya un mes y medio en pañales, creo que está más que justificado-
Era cierto. Todo había empezado con un par de accidentes sin importancia, pero mi situación se había convertido en algo delirante. Llevaba 40 días yendo a un parvulario, donde era el único que aún necesitaba pañales día y noche. Y ahora, incapaz de encontrar una salida a mi realidad, estaba viendo como todos los aspectos de mi vida iban infantilizándose. Iba a clase con niños de 3 años, me lo hacía todo encima, cosa que me obligaba a llevar pañales, vestía con cubrepañales protectores, onesies y chupete, y encima Laura quería comprarme un cambiador para nuestra habitación. De tamaño adulto.
Todo esto, y más, estaba haciendo que, justo ahora, me estuviese meando encima. Laura por fin se dio cuenta.
-Luis, ¿otra vez?- Me bajó un poco el pantalón, comprobando lo evidente. Mi pañal, que colgaba un poco por el peso, era completamente amarillo. El sonido de pipí escapándoseme era inconfundible, y delataba que seguía sin controlarlo. Laura me bajó los pantalones del todo, ya que me tendría que cambiar en breves, y yo me quedé allí, quieto, llenando sin parar mi pañal. Lo llené tanto, que empezó a filtrarse. Dos pequeños chorros de pis comenzaron a gotear, uno por cada pierna.
-No...-
-Luis, para, para. Para de mearte-
No pude hacerlo, y mojé un poco mis pantalones y el suelo.
-Pero si vas con boosters. ¿Cuántas veces te habías meado antes?- Me interrogó Laura.
No quise responder.
-Luis. Cuantas. Veces. Te. Has. Hecho. Pis. En. Este. Pañal.- Volvió a preguntar.
-No lo sé... Creo que cuatro- Respondí. Laura puso cara de decepción.
-Luis, si te haces encima me lo tienes que decir. ¿Ves por qué necesitamos un cambiador? ¿Se supone que te tengo que cambiar en la cama, cuando estás todo mojado?
Quizá tenía razón. Asentí con la cabeza, y acepté que tocaba ir de compras.
Tras cambiarme de pañal y pantalones, bajamos a la calle y nos fuimos camino a una tienda de muebles. Antes, pero, Laura vió una droguería en la que quiso entrar a comprar un par de cosas. Intenté que se apresurase, ya que me daba vergüenza ir con pañal por la calle, pero ella no me hizo caso. Dimos un par de vueltas por la tienda hasta que encontró lo que quería.
Antes de ir a pagar, se fijó en qué vendían pañales. Se detuvo delante de las estanterías repletas y me cogió del brazo.
-Espera, que quizá compro algunos-
-Laura, porfa, vámonos-
Una dependienta, muy amable, se acercó a nosotros. -¿Necesitáis ayuda?- Preguntó.
-Bueno, estábamos viendo qué pañales comprar- Dijo Laura.
-¿Qué edad tiene el niño?- Siguió la dependienta.
-No, bueno, son para él- Laura me señaló.
La dependienta, sorprendida, se giró hacia mí. -Ah, perdona- Se disculpó, y luego añadió. -¿Para la noche o para el día?-
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¡A parvulario!
RandomLuis, un joven de 25 años, se ve obligado a empezar Parvulario otra vez tras tener embarazosos accidentes estando con su novia, Laura, quien no tiene tiempo para ir cambiando pañales. Luis intentará sobreponerse a la situación, pero le espera una hu...