Cobra Kazoku

01

Hace 16 años exactamente habían llegado al mundo Robert y Samantha Lawrence-Larusso, hoy estaba por suceder la fiesta de cumpleaños de los hijos mayores de aquel tan reconocido matrimonio, Daniel, el omega dueño de un popular concesionario de autos, y Johnny, el sensei del dojo mas grande del valle, y claro, todos estaban invitados.

Oh ¿y recuerdan que dijeron que solo iban a tener un hijo? Eso solo quedó atrás como un gran y muy divertido chiste, porque desde el inicio, Sam, su pequeña alfa, no llegó sola al mundo; Robert era menor que su melliza solo por unos cuantos minutos. Claro que eso de tener dos bebés siendo primerizos los desconcertó un poco, pero a pesar de todo pudieron manejarnos bien, aunque con mucho sacrificio, esfuerzo y muchas noches sin sexo de por medio, tanto que el festejo por la apertura del primer dojo explotó en una noche candente y por lo tanto, en la llegada de su tercera hija, Devon, de 14 años.

— Anthony, cariño, puedes ayudarme a llevar esto hasta donde esta la mesa con el pastel, por favor — pidió Daniel.

— ah, claro papá — respondió el pequeño tomando las velas que pondrían en el pastel de los mellizos.

Anthony llego justo dos años después, cuando los dos ex campeones de karate decidieron experimentar un poco más en su vida sexual y usaron las colchonetas del dojo para algo más que su arte marcial, así llegó su pequeño niño de 12 años, que aún no presentaba su subgénero como todos sus hermanos.

Así que no, definitivamente no pudieron tener solo un hijo, no después de ser una pareja tan activa y lujuriosa en el tema, así que no era tan sorprendente que a veces la planificación familiar les fallara demasiado.

— ¿has visto a Miguel? — preguntó Robby a su padre — dijo que estaría aquí antes de lo esperado y ya se tardo demasiado

— Robby, tu novio va a llegar tarde o temprano — mencionó Johnny — quizás se ocupo o su madre le pidió ayuda con algo, deja de preocuparte en tu fiesta de cumpleaños.

— lo se pero...

—  pero nada,  ahí viene.

Y si, Robby había sido el primero de sus hijos en tener pareja, llevaban un tiempo juntos, y aunque a Daniel le habían dado esos celos de omega protector haciendo que no le agradara el chico Diaz, a Johnny le encantaba su yerno, como le decía él, incluso ya estaba seguro de que su hijo se casaría con el latino y juntos llevarían las riendas de su dojo en el futuro.

Su hija  era otro asunto, ella estaba en una relación rara de amor odio con una alumna alfa del dojo debido a una pelea escolar que tuvieron, Tori, era agradable pero creía que aún había mucho que trabajar en esa chica, le recordaba un poco a él cuando era joven, pero aun no había ninguna relación confirmada.

Sus otros dos hijos, Devon y Anthony aún eran muy jóvenes para pensar en parejas, Devon tenía poco de haberse presentado como omega y Anthony no estaba no cerca de su presentación de subgénero. Pero si había algo obvio en todo esto es que sus niños estaban creciendo demasiado rápido.

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Para cuando dieron las 8 de la noche la fiesta dejó de ser completamente familiar, lo último que hicieron fue cantar el feliz cumpleaños y soplar las velas del pastel decorado distinto para ambos, la mitad era  de un color blanco mientras que el otro era color lila, Samantha escrito de un lado y Robby del otro, incluso era de distintos sabores, vainilla para Sam y chocolate para Robby. Luego de repartir cada rebanada, abrir solo un par de regalos y tomar unas cuantas fotos, los adultos permitieron que sus jóvenes hijos disfrutarán de la fiesta solo en compañía de sus amigos.

Estaban todos los chicos del dojo Miyagi-Cobra, Halcón, Demetri, Bert, Miguel, Tori, incluso todos los amigos de la preparatoria de ambos chicos, por suerte la residencia de la pareja era bastante grande. Mientras tanto le pidieron a Devon y a Anthony que fueran a sus habitaciones para que los chicos pudieran festejar a gusto, ellos también lo harían, yendo a revisar de vez en cuando que todo estuviera en orden.

Pero por lo mientras aprovecharon para... estar solitos.

— espera, Johnny... — dijo en medio de un suspiro mientras lo dejaba besar su cuello — no podemos hacer esto, debemos estar atentos a los chicos.

— no vamos a hacer nada más  Larusso — dijo Johnny. Siempre decía eso y terminaban en algo más.

— eres un mentiroso John.

Aunque Larusso jamás se oponía a seguirle el juego por más peligroso que fuera, la sensación de poder ser descubiertos en cualquier momento simplemente era excitante y a ellos les encantaba experimentar riesgos. Sin embargo, llevaba varios días con una sospecha un poco preocupante.

— pues yo no veo que me pongas un alto, princesa.

— vete al carajo Johnny — dijo con ternura y diversión a la vez en medio de los besos — eso es muy difícil para mi.

Era un omega de 46 años, para ese momento ya ni siquiera debería estar considerado la posibilidad de tener un bebé porque era algo riesgoso debido a su edad, sin embargo, ahí estaba él, con una nueva sospecha de embarazo (no tan sospecha) confirmada con una prueba casera, y quizás eso sería suficiente, pero para Daniel lo mejor era confirmarlo de todas las maneras posibles.

— Johnny... cielo — dijo en medio de los besos, necesitaba decirle.

— ¿si, Danny boy?

Unos cuantos besos más se hicieron presente, sus labios estaban sobre los de Lawrence pero su mente estaba perdida en como decirle que había una nueva cobra en camino.

— hay algo que debo decirte

— ¿si? ¿Qué es?

Y quería decirlo así, sin tantos preámbulos, pero era demasiado difícil cuando tenía las grandes manos de su alfa alrededor a su cintura, pegandolo cada vez más a él, y sus feromonas, oh dios, su aroma amaderado con toques de ámbar.

— es algo importante.

— ¿qué es?

Más besos y más beso, mierda Larusso, concéntrate, maldición era tan difícil concentrarse si tenía los labios de Johnny comiendolo.

— me hice una prueba

Pero ahí los besos se detuvieron completamente.

— ¿d-de verdad? — preguntó — ¿y qué pasó?

— salió positivo.

La cara de Johnny cambió completamente de expresión.