🍼 Uno 🍼

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POV Jimin

Me levante a las seis de la mañana para prepararme para ir al trabajo. Quedaba algo lejos así q debía salir temprano para llegar y hacer mis cosas.

Mi padre falleció hace ocho años mientras yo estudiaba derecho en la universidad de Seúl, por lo que el mismo día que me gradué ya estaba a cargo de la firma de abogados PK Family, de la cual mi padre estaba a cargo.

Me mataba trabajando en el bufete de abogados de mi padre, pero al pasar el tiempo empece a sentir una soledad horrible pesar sobre mi espalda. Hace tres años, tras ir al psicólogo incontables veces, me diagnosticaron depresión, algo que aquella soledad y el estrés de manejar el proyecto de mi padre habían provocado. Tampoco lo culpaba, estaba orgulloso de ello y de poder seguir el sueño de mi padre de hacer una sociedad donde la justicia sea buena y no dependa del presupuesto del cliente.

Sin embargo, hace dos años, mientras tomaba una de esas cientos de pastillas anti depresivas, vi un anuncio de inseminación artificial y pensé en miles de situaciones, a lo que después de unos meses decidí tener un hijo.

No podía tomármelo a la ligera al final no es una decisión que pueda tomar de la noche a la mañana y mucho menos un juego, pero mi corazón al imaginarse un mini Jimin en mis brazos revoloteaba y dolía por lo tanto que quería tener un niño. O una niña claro. O ambas. O ninguna.

Sabía que no estaría mucho tiempo con el bebé, pero al final hice todo lo posible, y así tuve a un niño fuerte, sano y hermoso. Pero con un desarrollo lento al no tener las feromonas alfas de un padre.

Tenía aquella naricita de botón, unos ojos grandes, unos labios medianamente finos y unos pómulos que hacían sus mejillas más gorditas. Parecía un pequeño dumpling.

Mi pequeño dumpling.

Me tome unas vacaciones del trabajo, encargué a mi abogado de mayor confianza mientras acompañaba y supervisaba el crecimiento de mi bebé, pero asistía todos los días al edificio para supervisar y atender algunas cosas a partir del final de mi baja por paternidad.

Cada tarde iba y preguntaba las novedades que había, y obviamente participaba en algún caso de importancia.

Como aquel que iba a hacer, donde un magnate empresarial llamado Choi Kang fue descubierto maltratando a su esposa, Choi Miku, una japonesa que se casó para unir la empresa de su difunto padre con los Choi.

Me aseé y me dirigí a aquel alto edificio.

Cuando entré recibí saludos y reverencias de parte de mis trabajadores que yacían allí esa mañana. Imponía respeto en ellos, pero sabían que si hacían bien su trabajo yo no tendría ningún problema de oír sus peticiones. Al final del día me gustaba saber que mis trabajadores tenían un buen trato.

Rápidamente subía hacia mi oficina que se encontraba en el último piso del edificio. Allí habían bastantes archivos en la mesa y cartas e informes escritos para que los leyera cuando estuviera presente.

Entonces alguien golpeó mi puerta. Dos golpes seguidos y uno después.

—Pase – dije sonriendo sabiendo quien era

Kim Namjoon, el abogado más leal y aplicado que había conocido después de mi padre, aparte de mi mejor amigo alfa.

Entró rápidamente brindándome una sonrisa brillante y feliz. No nos veíamos muy seguido debido a que como abogado normalmente se encontraba trabajando por la tarde, mientras visitaba el edificio al mismo tiempo

—¡MINNIE! –gritó abriendo los brazos esperando a su mejor amigo

—¡MONNIE!– exclamé corriendo a los brazos del alfa.

𝒜 ℳ𝒾𝓁𝓀𝓎 𝒟𝒶𝒹  - 𝒦ℳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora