Soñar Con Ser Humano - WangXian (Foxxian)

Capítulo 10

La Campaña para derribar al Sol duró dos largos años empapados de sangre. Incluso con Wei Ying de su lado, levantando cadáveres y arrasando ejércitos tan rápido como los Wen pueden revolverlos, no puede estar en varios lugares a la vez. Lan Zhan está a su lado en el campo de batalla en todo momento, defendiéndolo de cualquiera lo suficientemente valiente como para intentar asesinarlo mientras llama a los propios muertos de los Wen para diezmar sus fuerzas usando Chenqing y el Sello de Tigre Estigio.

El uso constante de energía resentida pasa factura a su mente y cuerpo, y Lan Zhan, inevitablemente, se da cuenta. Insiste en tocar la Canción de la Claridad para Wei Ying todas las noches para limpiar el exceso de resentimiento, pero siempre hay más, gracias al amuleto dentro de su túnica.

Wei Ying no quería contarle a Lan Zhan sobre el Sello de Tigre Estigio. Lo habría mantenido en secreto indefinidamente, pero una noche, apenas una semana después de la campaña, Lan Zhan lo ayudó a desvestirse para el baño y, en el proceso, lo encontró en su túnica. Hubo una discusión, por supuesto, y Wei Ying logró convencerlo de que era un mal necesario, que lo destruiría una vez que terminara la guerra. A decir verdad, Wei Ying no está seguro de que el Sello de Tigre Estigio pueda ser destruido, pero la idea apaciguó a Lan Zhan, por el momento.

La Campaña Sunshot ganó suficiente terreno y, con ayuda de Wei Ying, cuerpos más que suficientes para asaltar la Ciudad sin Noche, y la guerra culmina en una batalla final culminante que llega directamente a la puerta de los Wen. Los soldados caen como moscas ante el ejército de cadáveres ambulantes de Wei Ying, y Wen Ruohan cae literalmente bajo un cuchillo en la espalda de su subordinado de mayor confianza, Meng Yao. Resultó que Meng Yao era el mismo espía que había estado alimentando la información de la campaña durante los últimos dos años, incluido el momento más oportuno para lanzar un ataque final en la ciudad sin noche. Mira a Wei Ying demasiado tiempo para su gusto y, aparentemente, para el de Lan Zhan, porque rápidamente se aleja del campo de batalla y de las miradas indiscretas de Meng Yao.

Después de eso, todo es un borrón. La Ciudad sin Noche se entrega a los Jins, los Wens restantes son detenidos y encarcelados, y los muertos y heridos son recogidos para llevarlos a sus respectivos clanes. También hay algún tipo de drama dentro del edificio principal, y Lan Xichen se apresura a entrar para mediar, pero Wei Ying descubre que no le queda energía para preocuparse por los líderes del clan y su política de guerra.

"¡Wei Ying!"

Lan Zhan está gritando su nombre, como siempre lo hace cuando Wei Ying está especialmente desgastado por el amuleto, y atrapa a Wei Ying fácilmente y lo atrae a sus brazos. A Wei Ying le gusta cuando están así de cerca, cuando puede escuchar los latidos del corazón de Lan Zhan a través de su túnica, a veces rápido, a veces lento, siempre constante.

"¿Podemos ir a casa ahora?" murmura, luchando por mantener los ojos abiertos. No puede mostrar debilidad frente a los otros clanes. "Estoy cansado."

"Mn. Pronto." 

En momentos como este, cuando su mortalidad se lleva lo mejor de él, se arrepiente de haber renunciado a su núcleo y se pregunta, no por primera vez, si su naturaleza Huli Jing le permitirá vivir tanto como Lan Zhan, o si el resentimiento acabará con él mucho antes. Independientemente, la guerra está ganada y Lan Zhan está a salvo, al igual que Jiang Cheng, Huaisang, Yanli y el resto. Ha cumplido con su deber con su clan y con sus compañeros cultivadores, tal como se suponía que debía hacerlo.

"Aw, ¿el cachorrito está todo arropado?"

Wei Ying se obliga a sí mismo a ponerse de pie, haciendo contacto visual con el anónimo Jin que se burla de su agotamiento. Ya está acostumbrado a que lo miren con desdén, a todas las miradas furtivas y a los chismes que ocurren a sus espaldas, y normalmente aguantaría en silencio. No le importa lo que esa gente piense de él. Mientras Lan Zhan lo quiera, él es feliz. Hoy, sin embargo, su paciencia para tales comentarios ha llegado a su fin.