Uberto y Elizabeth querían un alfa, ella concibió un omega. Un delicado omega con ojos mieles, cabello castaño rizado, nariz de botón y con aroma a Orquídeas. Desde que supieron su casta lo repudiaron por ser un omega hombre, lo maltratan y minimiza...
El alfa y omega ya estaban trabajando sobre el plan, el alfa lo haría pagar por su rechazo.
— Haces unos días me informaron que el estúpido alfa está cortejando a mi omega — gruñó el alfa.
— Mauricio sabes que nos beneficia que pase eso ¿verdad? — le preguntó obvio el omega.
— ¿En que nos puede beneficiar Roy? — le preguntó irritado el alfa.
— Que si quieres que sufra más tu omega, podrías... ya sabes... arruinarlo — se fué acercando a él con una sonrisa maliciosa.
— Tienes razón — concordó y en eso pensó en un mejor plan— Ya sé que vamos a hacer — habló Mauricio mirando al omega.
— Soy todo oídos
— Tú me traerás a Emilio a mí — declaró el alfa.
— ¿Para qué? pensé que al que haríamos sufrir era al omega— le dijo confundido.
— Y que mejor sufrimiento que quitarle a su alfa — le dijo riendo cómo loco.
— Entonces que vamos a hacer, traer a Emilio aquí, pero después ¿Qué hacemos? — pregunto Roy.
— Tú después te puedes ir, te daré el dinero y ya verás que haces con ello — dijo desinteresado.
— ¿Cuándo emperezamos? — preguntó un tanto nervioso, pues nunca había hecho algo así, sin embargo necesitaba el dinero.
— Que te parece ahora mismo — le dijo mientras llamaba a sus guardias para empezar con el plan.
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Habían pasado 2 semanas desde que había empezado su cortejo.
El cortejo duraba los años que tenía, en ese entonces Joaquín tenía 17 años, así que sólo le faltaban 3 días para terminar.
Eso ponía feliz a su lobo y a él, todo estaba perfecto, ya que él no conocía mucho la CDMX, puesto que su antigua familia no lo dejaba, el alfa se había encargado personalmente de llevarlo a cada lugar para conocer.
También las rosas siempre estaban al momento de levantarse, el alfa se las daba en la mañana ó la dejaba en su mesita con una carta y con sus chocolates favoritos.
Hoy se había levantado temprano, así que el alfa si le había entregado la rosa personalmente, le había dedicado un poema y lo había besado en sus labios, un beso lento y cargado de emociones, después el alfa se tuvo que ir, pero prometiendo que regresaría temprano para poder llevarlo a conocer más lugares.
El omega al verlo irse estuvo con una sensación mala, su lobo estaba inquieto y él no entendí porqué.
"¿Temo que pasa?" - Preguntó Joaquín.
"No lo sé Joaquín, pero algo no está bien" - Respondió con miedo el lobito.
Joaquín decidió pasarlo por alto, aunque aún seguía con esa sensación que esperaba que se le fuera pronto, fué hacía la cocina dónde estaban Niurka y Juan, Eduardo y Romina todavía no, pues era demasiado temprano para ellos, desayunó junto a ellos, hasta que Juan tuvo que ir ya al trabajo, al ser jefe podría llegar a la hora que quisiese, pero tenía que dar un buen ejemplo.
— Adiós alfa. Adiós Joaquín, cuídense — les dió un besito en su frente a cada uno.
Y se dirigió a su empresa, Niurka y Joaquín se fueron a sus respectivos cuartos a descansar un poco, pues eran las 9 de la mañana y realmente el omega estaba muy cansando, tanto que por él, podría dormir toda la semana.
Se levantó sudando y con una opresión en su pecho, vió que su reloj marcaba las 4 de la tarde, vaya había perdido el almuerzo, si Emilio estuviera aquí de seguro le reprocharía todo.
Pero espera Emilio.
Se levantó para agarrar su celular y lo utilizó cómo el rizado le había enseñado, entró a la aplicación con el celular y le picó dónde salía el nombre "Cholito💖" y marcó, vió que el alfa no contestaba y se empezó a desesperar, esa opresión en su pecho no se iba, algo malo pasaba y él lo sabía.
— "Alfa" — dijeron Joaquín y su lobo.
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Mientras había un alfa inconsciente en el suelo de algún lugar, encadenado, vendado y amordazado.
Mientras que otro alfa veía todo con gracia desde la ventana que dividía dónde estaba él y dónde estaba el otro alfa.
— Y sólo estamos comenzando...
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