CAPÍTULO 23

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Emilio empezó a despertar y con lo primero que se topó fué con el cabello rizado de su omega, que soltaba ronquidos tiernos.

Un poco desorientado aún poco a poco a su mente le vinieron los recuerdos que pasaron en la noche anterior, cómo le enseñó la casa, cómo lo llevó a su habitación, cómo lo volvió a cortejar, que algo que lo emocionaba porque pronto sería en 3 días marcaría a Joaquín, y le haría saber al mundo que era sólo suyo, también de cómo su lobo volvió, lo ponía feliz, que su lobo volviera, extrañaba sus regaños, su mal humor y cómo se volvía una macita de amor cuándo estaba su omega y cómo hicieron el amor.

No espera.

Tuvieron sexo

Sin condón.

Aris tu put...

Emilio abrió demasiado los ojos, mientras seguía viendo a su omega, que ahora sus ojos pasaron a la barriga de éste, había una minima y pequeña posibilidad de que algo se estuviera formando ahí.

¿Cómo averiguarlo?

Simple, Aris....

"¡Tú! ¿no utilizaste protección, verdad?"  - Lo regaño Emilio, que ni siquiera se dignó a saludar antes.

"Hola Aris ¿Cómo estás? yo muy bien ¿ya te mejoraste? si ya lo hice y me siento fuerte, gracias por preocuparte Emilio"  - Le respondió sarcásticamente.

"No bromees lobo tonto, ahora vuelvo a preguntar ¿utilizaste protección?"  - Preguntó otra vez, pero sólo hubo silencio, no contestó.

"No puedo creerlo Aris, debiste ser más responsable"

"Él me pedía que lo anudara, que lo llenara, quién soy yo para negarlo"  - Contestó simple el lobo.

Emilip iba a responder, cuándo vió que su omega se empezaba a mover, mientras bostezaba y se estiraba en el pecho del rizado.

Joaquín levantó la mirada a su alfa, y le dió una somnolienta sonrisa.

— Buenos días alfa. — lo saludó mientras le daba un besito en su mejilla.

Emilio se olvidó de lo que estaba hablando con su lobo.

— Buenos días mi dulce omega — a comparación del otro, el alfa le dió un beso en la boca, ganándose un quejido de molestia de parte del omega.

— ¡Emilio! tengo aliento mañanero, mi boca huele mal, al igual que la tuya — le dijo quejándose, mirándolo con el ceño fruncido.

— No me importa, quiero besitos — le dijo mientras intentaba acercase a su cara, pero el castaño se apartaba riendo, se empezaron a mover más, ganándose un quejido del omega en su parte trasera.

— Me duele — dijo Joaquín quejándose por el dolor, que era leve, pero aún así dolía.

— Entonces si fué una noche intensa — contestó el alfa, inflando su pecho de orgullo, al igual que su lobo.

Y no podía evitarlo, su orgullo de alfa era mayor.

— Si. Si, siéntete orgulloso de eso — rodó los ojos con una sonrisa.

Siguieron bromeando, hasta que decidieron por fin ir a desayunar, así que Emilio fué al baño cargando a Joaquín en un brazo, se cepillaron los dientes juntos, también se bañaron, pues estaban pegajosos, después bajaron, Emilio dejó a Joaquín sentado en el taburete, que era alto, haciendo que Joaquín no pudiera tocar el suelo.



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— Que se te antoja omega bebé — le preguntó el alfa mientras sacaba el sartén.

— Quiero huevitos y tocino alfa — le respondió mientras balanceaba sus pies y asintió el alfa, empezando a preparar el desayuno.

Una vez terminó, empezó a servir la comida en los platos y los acomodó en la mesa, volvió a cargar a su omega ahora sentándolo en su regazo, haciendo que éste se pegara a su pecho sacando ronroneos.

— Podemos quedarnos en el nido que me hiciste — le dijo el castaño mientras se comía un bocado de su desayuno.

— ¡Me olvidé preguntarte omega! — gritó haciendo que el omega volteara a verlo con los ojos en grande — ¿Te gusto mi nido Joaco? — le preguntó ahora tímido, escondido en el cuello del ojimiel.

— No lo he podido ver bien alfa, que tal si mejor terminamos y me lo enseñas — le sugirió el castaño, asiendo que el rizado sonriera con sus hoyuelos.

— Por supuesto Sol — le respondió dejando un besito en su mejilla.

Mientras desayunaban, comenzaban a hablar sobre el cortejo, Emilio le comentó que tenía muchas cosas planeadas para éstos 3 días empezando desde mañana, haciendo que Joaquín se emocionara.

Una vez terminaron, el alfa se levantó a lavar los trastes, dejando a Joaquín sentado en el taburete.

— Yo te puedo ayudar alfa — le dijo, pues se sentía inútil.

— Cuándo te puedas parar sin caerte ó sentir dolor, dejaré que me ayudes — le respondió divertido, viendo cómo el castaño rodaba los ojos con una sonrisa.

Emilio terminó de lavar y secar los platos y cargó a Joaquín, haciendo que el omega se escondiera en su cuello, oliendo el rico aroma de su alfa,  subieron a su cuarto para enseñarle el nido que hizo.

"Emilio, yo ví el nido y déjame decirte que yo pude hacerlo mejor"  - Le habló Aris, burlándose.

"Bobo lobo"  - Respondió, rodando los ojos.




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Seguimos.........




Nos vemos AlbertXioW.

Aura Protectora // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora