II

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Ensordecedores gritos se escuchaban desde la celda de interrogación número 50. La celda d interrogación y tortura donde se llevan a los criminales y espías más peligrosos o con información importante. La celda es como cualquier otra en la división de interrogación y tortura de Anbu, repleta de sellos para evitar que el prisionero pueda moldear chakra cuando se activan y con sellos para evitar el escape que se conecta con un par de sellos al prisionero que le producen dolor insoportable si intenta escapar y la muerte si logra atravesar la puerta de la celda. La peculiaridad de la celda CIT50 es que alrededor, excepto la entrada, está rodeada por una gran sala de observación donde caben unas cien personas sin problemas,

Dentro de esa celda particular se encuentra un maltrecho Mizuki después de dos semanas de tortura interminable por parte de Morino Ibiki y Mitarashi Anko, la última que se tomó gran placer al hacer su trabajo.

En la sala de observación se encuentra el Sandaime junto a la totalidad del consejo compuesto por civiles, los líderes de los clanes, los dos ancianos ex-compañeros de Sarutobi y shinobis retirados que en su tiempo fueron de gran servicio para la aldea como el Comandante de Ansatsu Senjutsu Tokushu Butai o Anbu para abreviar, Danzo y Shiranui Genjo, mejor conocido como Goruden Doku no Ya, por sus letales ataques a distancia con senbon y fechas llenas de un letal veneno que hasta el momento no se ha encontrado antídoto, aunque Tsunade Estuvo cerca a hacerlo, conocido también por sus misiones junto a Hatake Sakumo con que realizó varias misiones de rango A y rango S con que se mejoraron en una dupla de prestigio como los Sannin. Al igual que su hijo, Shiranui Genma, Genjo pasa todo el día con un senbon en la boca, aunque el suyo está envenenado.

A parte del Hokage y el consejo se encuentran los más destacados Jounin de Konoha que se encontraron en una acalorada discusión con el Sandaime y el consejo acerca del incidente del pergamino, que aún no aparece, cuando un Anbu entró a la sala donde estaban y comunicó que Mizuki estaba a punto de ser doblegado por los interrogadores.

–Listo para hablar Mizuki –dijo Ibiki con una sonrisa que hace que hasta los más valientes hombres tiemblen –o quizás necesitemos seguir con las preparaciones.

Mizuki levantó la cabeza de forma errática. Sangre corre desde las heridas en los labios y el interior de la boca, la nariz quebrada, un ojo con derrame y los múltiples cortes en el rostro, sin considerar el resto del cuerpo con huesos rotos, quemaduras de tercer grado y una que otra hemorragia interno

–No más –suplicó Mizuki para después de toser y botar más sangre de la boca –por favor, no más.

–Habla entonces Mizuki –dijo Ibiki –o Anko seguirá con su pasatiempo.

Mizuki miró a Anko de reojo por su único ojo con el que podía ver y vio a la Jounin equilibrando un kunai en su dedo índice y con un rostro que se podría describir como una mezcla entre perversión y demencia.

–Voy a hablar, voy a hablar –dijo Mizuki –ya no aguanto más.

–Así debería haber sido desde el principio Mizuki –dijo Ibiki –comencemos. ¿Por qué quisiste robar el pergamino?

–Oro… Orochimaru me prometió dinero y poder si se lo llevaba –respondió Mizuki hablando forzosamente por el dolor de todo el cuerpo –un hombre de Orochimaru me contactó y me dijo lo que él quería para unirme a Otogakure.

–¿Qué es Otogakure? – preguntó Ibiki que dijo a un Anbu para que le inyectara una dosis de morfina a Mizuki por su voluntad de hablar. Una pequeña muestra de piedad por parte del Jounin.

–Una aldea shinobi que Orochimaru creó –respondió Mizuki más aliviado a no sentir tanto dolor por los efectos de la morfina –no sé su ubicación exacta, sólo sé que está en el País del Arroz.

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