Después de un largo día lectivo procedí a ir a mi recamara a descansar, me cambié,me desmaquillé y abrace a Morfeo apoyándome en su cálido torso.
Tiempo después, escuché los sollozos de alguien, preocupada y con cierto miedo me levanté y fui al lugar de procedencia viendo así a una pequeña niña de pelo largo y rizado de color castaño claro,ojos café, bastante ancha físicamente y con cortes en sus pequeños y rollizos dedos. Su mirada rota inundada de sueños rotos reflejaba todo el daño que le hicieron e igual callaba con una sonriente máscara q atesoraba entre sus pequeños brazos q quien la viera con ella podia engañar con facilidad, me agache y sin decir ni una sola palabra la cargué y la abrace, razones no tenía ya que no la conocía de nada,tampoco conocía su rostro,procedencia o si quiera su nombre o la razón por la de su terrible llanto pero lo más inquietante fue el chillido que dió en mi espalda a dirección del mundo y no por alguna confusión de secuestro ni nada de eso sino de un profundo dolor que hizo temblar todo a mi alrededor rompiendolo en pedazos consiguiendo rapidamente mi despertar descubriendo q lo que era un chillido se había transformado en la rutinaria alarma para ir a clase, agotada fui al baño a lavarme la cara pero al encender la luz y mirar al espejo me quedé petrificada.
La niña había crecido
Pero solo fisicamente