Ojos Grises - Mikasa Harem (Original) (EN PAUSA)

⭐CAP XII⭐

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Levi contaba con un evidente tic en el ojo en aquel preciso momento. Lo anteriormente presenciado lo había confundido y avergonzado a más no poder.

Literalmente había visto a Armin. Bueno, en condiciones prometedoras.

Y lo peor de todo, a una semi-desnuda Mikasa. 

¡Se sentía tan bizarro!

-Levi.

-¿Huh?

-¿En qué tanto piensas?

Hange entró en la habitación en la que se encontraba el hombre, para tomar asiento al lado de él, con una pequeña sonrisa en el rostro.

-Solo sucedió algo. Cosas de mocosos...

La mujer rió, divertida.

-¿Algo incómodo?

-Sí.

-Bueno... Son mocosos, como dices...

-Fueron Armin y Mikasa.

-¡¿Huh?!- Hange saltó de la cama. Parecía que las órbitas se iban a salir de las cuencas de sus ojos- Nah... Imposible. ¿C-

-Parecían hermanos, ¿No es cierto?

-¿Eh? ¿Jean? ¿Tú también los viste?

El joven asintió sonrojado, mientras se apoyaba en el marco de la puerta, de brazos cruzados.

-¡Bueno, bueno chicos! ¡No le demos más vueltas al asunto! Ahora mismo debe ser muy vergonzoso para Mikasa y Armin. ¡No me malinterpretes, Jean! Sé que Mikasa te gusta y todo eso pero...

Jean se sonrojó furiosamente, al son que negaba con las manos y su rostro tomaba rápidamente un color carmín cada vez más intenso.

-¡N-no es eso! ¡Es solo que...

-¡Vamos! ¡Tienes que ser hombre!-Hange se cruzó de brazos, burlona- Deberías decírselo, ¿No es así Levi?

-Uh...

Jean suspiró.

-Ya he tratado, pero nunca logro ser lo suficientemente directo.

-¡Hange-san! ¡Una carta real! ¡A Mikasa Ackerman!

-Hablando del Rey de Roma... Debe ser de Historia. Yo se lo entregaré a ella.

La mujer salió de la habitación entre risitas. Era divertido ver como todos peleaban silenciosamente por la linda chica.

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Mikasa abría con cuidado un pequeño sobre de color crema, sellado por una delicada estampa de color dorado.

Dentro de éste, la chica sacó delicadamente, valga la redundancia, una pálida hoja, únicamente siendo adornada por la tinta de las elegantes letras dirigidas a ella.

Y así fue como comenzó a leer.

"Mikasa.

Hacía mucho tiempo que no nos hemos contactado, ¿No es así? He por ello que he tomado la decisión de escribir una carta hacia tu persona. 

Realmente mi caligrafía ha mejorado bastante... ¿No lo crees, Mikasa?

Al menos, eso espero.

Los asuntos reales me han tenido muy ocupada, si te soy sincera. También mi embarazo ha avanzado velozmente, y lo único que espero ahora es que mi niña o niño nazca sano y salvo.

Sé muy bien que la guerra debe ser realmente difícil para la Legión, y realmente los extraño, chicos, por lo que espero que todo tome un rumbo para mejor. Y sé que ahora tenemos posturas diferentes, pero eso no interferirá en nada personal.

Es sumamente difícil toda comunicación ahora, pero confío en que las decisiones de algunas personas cambiarán, y que vendrá la paz.

Lo deseo tanto.

Pero, cambiando de tema, realmente me gustaría saber como estás, Mikasa.

¡No le cuentes a los demás que solo te escrito a ti!

Descartando que es peligroso el mandarte esto, realmente espero estés bien. Ni siquiera sé cuantas veces he dicho "realmente".  Es una extraña costumbre que he adoptado en mi vocabulario para que suene, o, en este caso, se lea más elegantemente.

Por favor, escríbeme Mikasa. Aunque nunca realmente hayamos sido cercanas, una conexión especial siempre sentiré junto a ti.

¡Espero no suene raro!

Para finalizar solo quiero decirte que me hacen falta, chicos. Mucho. 

Realmente no sabes cuanto.

Los extraña;

Historia Reiss"

Mikasa suspiró, sumida en tristeza.

Historia siempre había sido una chica muy alegre, pero desde que Ymir se marchó, su brillo se opacó por completo, aunque tratase de encenderlo. Y para empeorar todo, ahora la monarca se hallaba en cinta.

Realmente se sentía mal por Christa, pero no había mucho que ella pudiese hacer más que responder su elegante carta en ese preciso instante, por lo que tomó una delicada pluma, y, con ayuda de la oscura tinta que reposaba sobre un frasco en la mesa que yacían apoyados los codos de la joven soldado, empezó a escribir.

"Querida Historia;

Lo siento por mi notable ausencia. A pesar de que, como sabes con certeza, no soy muy sentimental y comunicativa, tu falta también se hace muy presente entre nosotros.

Como dijiste, desearía regresar a los viejos tiempos.

Pero la situación es muy complicada ahora. Es algo irónico que, mientras una guerra inaudible se desata silenciosamente en las afueras de este lugar junto al escape de Eren, nos enviemos cartas.

No quiero sonar grosera, para nada.

Pero realmente a todos nos gustaría solucionar todo este lío.

Sé que no debería ser un tema de conversación tras todo este largo lapso de tiempo sin hablarnos, pero es inevitable.

Y sin más, te agradezco por escribirme. No se lo contaré a nadie, no te preocupes por eso.

Tu antigua compañera, y amiga, a pesar de que no fuimos tan cercanas, 

Mikasa Ackerman"

Mikasa suspiró, para guardar el papel dentro de un sobre y sellarlo con la misma tinta, finalmente abandonando su silla.

La muchacha se aproximó hacia la puerta, en un intento de abandonar su habitación, que no pudo llevar a cabo.

Pero lo que si obtuvo fue una gran sorpresa, mezclada con confusión y cierto grado de temor al abrir la puerta.

Sus manos sudaron, sus rodillas temblaron y su inédita mirada se posó sobre la persona que yacía arrimada y cruzada de brazos junto al umbral de la puerta, que la observaba con su profunda mirada.

-¿Qué haces aquí?