Las manos calientes de Diego se entrometen torpemente dentro de la camisa de Jorge y es que están compartiendo un beso fogoso, de esos que no tenían en mucho tiempo.
La boca desesperada de Diego buscaba tomar más y más de Jorge mientras recorría la vieja sala del tercer piso en busca de un lugar donde poder sentar al menor y así besarse con más tranquilidad.
Jorge sin duda se sentía desfallecido. Un fin de semana sin el mayor y provocaba una recibida más fogosa por parte de éste. Su corazón se comprime mientras las manos del alto recorren con suavidad sus cintura y es que extrañó tanto tocar al menor que necesitaba contacto.
-Te amo tanto. - susurró Diego cuando le fue imposible seguir succionando la boca de Jorge, porque se había quedado sin aire. Admirar el desastre que es Jorge sentado sobre una mesa, que ni supo en que momento había sido subido en esta, su cabello ahora teñido de un chocolate claro, casi castaño, caía en mechones rizados sobre su frente, empañándole de sudor con sus labios hinchados, que solo se veían más apetitosos ante los ojos de Diego.
- No me vuelvas a dejar por juntarte con Win, no soporto un día sin ti. Casi muero con dos.
- No dejaste de mensajearme todo el fin de semana. - una risita escapó de la boca del menor, la cuál fue callada por los labios de Diego. - También tengo que tener tiempo para mis amigos. Mi mundo no puede girar en torno a tí todo el tiempo.
Diego suspiró dejando apoyar su frente en el pecho del menor, impregnándose de su olor.
¿Cómo le explica qué es adicto a él?¿Cómo?
¿Cómo le dice qué se volvió alguien tan infaltable en su día, qué sin él no habría razones para salir de su cama? Y es que su cama, su pieza, su baño, todo le recuerda a Jorge, está en todas partes para Diego.- ¿No piensas en mí todo el tiempo?
- Cállate y bésame. - el menor acercó su boca a la del mayor, tentándolo a acortar la distancia entre ellos, delineando con su lengua sus labios. - No juegues, solo tenemos treinta minutos para volver a clase, sacrifiqué mi almuerzo por ti.
- Voy a disfrutar bien mi comida. -Diego volvió a juntar sus labios mezclando sus lenguas con la del menor, disfrutando del contacto entre estas. Jorge abrió un poco más sus piernas para flexionarlas y rodear el cuerpo del pelinegro, previendo que este no se volviera a escapar. El mayor cerró sus ojos dejándose envolver por la calidez contraria, mientras en otro lugar, unos pisos más abajo de ellos, en el mismo periódico escolar, eran reveladas fotografías de cierto chico entrando a la misma sala donde ahora apresaba al novio del editor, Kim Shantal.
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two boys kissing
Fanfiction« Hay un rumor; se dice que en la sala abandonada del tercer piso, hay dos chicos besándose. »