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Selena
- Y al final, terminaron siendo re copados. - Terminé por contar. - Conociéndome, pensaba que iba a tardar semanas en formar lazos con alguien, pero Alex y Flor me salvaron de una grande y me caen bien.
Pispee la pantalla del celular, viendo que Maia no me estaba prestando mucha atención. Si no que se encontraba mirando un punto desconocido en el aire, en vez de mirar la cámara de su celular.
- Y bueno, después llego Barney el dinosaurio a cantar "Te quiero yo y tu a mi".
- ¿En serio? Que cheto. - Murmuró, hasta que reacciono, sacudiendo su cabeza y mirándome extrañada. - ¿Que dijiste?
Sonreí divertida y agarre el celular, acercandolo un poco más a mi cara.
- No me estas prestando atención, si no me queres más decime. - Hice puchero.
- Eso tendría que decirlo yo, ya hasta me cambiaste por esa tal "Flor". - Se cruzo de brazos, bufando con falsa molestia.
- Ay, callate. - Me senté en las sillas de la barra de la cocina. - ¿Me vas a contar que te pasa? ¿Paso algo con Enzo?
Maia suspiro, apoyando su cabeza sobre su mano, se le notaba cansada y preocupada.
- Con Enzo esta todo bien, me re acompaño en esto de adaptarme a vivir acá en Lisboa. - Una sonrisita inconsciente se formo en su boca. - Es tan hermoso todo.
Al igual que yo, Maia también tuvo la oportunidad de acompañar a Enzo hacia Portugal. Aunque, a diferencia mía, ella no dudo ni medio segundo y desde el principio estaba segura de que quería vivir junto a Enzo para siempre.
- Me alegro que les esté yendo tan bien.
- Pero, si paso algo... - Murmuró, provocando mi preocupación.
- Dale, boluda, no me asustes.
La pelinegra suspiro, empezando a jugar con sus manos, de manera nerviosa.
- Tengo un atraso de 4 semanas. - Soltó de golpe.
Su noticia admito me dio un tremendo cachetazo en la jeta, de verdad que no podía terminar de procesar sus palabras.
- ¿T-Te hiciste test? - fue lo único que pude preguntar. Mai no respondió, tan solo se limito a negar con su cabeza. - ¡Hacelo!
- Tengo miedo... ¿Y si estoy embarazada? No puedo cagarle la carrera a Enzo con esto, apenas tiene 22 años. - Empezó a murmurar, atropellando sus palabras con otras.
- Ey, hay que hacerlo todo despacio. - Intenté tranquilizarla. - Primero lo primero, tenes que sacarte la duda. Después, dependiendo qué salga, pensamos en las palabras para decirle a Enzo.
La mirada que me dirigió Maia me desconcertó, rápidamente me apure a preguntar la duda en mi cabeza.
- Porque le vas a decir... ¿no? - No contesto. - Maia, si resulta ser, el es el papá y tiene derecho a saberlo.
