25: Despistes Emocionantes (Final)

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—Tobio, ¿por qué estás tan nervioso?

—No estoy nervioso... idiota.

Han tenido una cita fenomenal. Cena en un restaurante, han hablado de todo, un clima perfecto. Es un día excelente, una noche en sí lo es.

Y solamente falta el paso final. Aquél por el que Tobio está ardiendo de vergüenza y sintiéndose nervioso. Hinata ha notado esto, incluso le pregunta qué le pasa pero él se niega a contestar. Arruinaría la sorpresa, eso es lo que menos quiere.

Así que caminando por las calles, pasando al lado de una fuente de agua, Tobio piensa que aquí sería el lugar perfecto. Hinata siempre dice que le gusta pasar por ahí.

—En serio, amo esta fuente —Dice con una sonrisa. Kageyama asiente—. Cuando nos casemos, pídeme matrimonio aquí, ¿si? —Le sonríe.

Kageyama suelta una risa. No sabe si es falsa o por los nervios.

—Hablando de eso —Se detiene, Hinata lo mira alzando sus cejas—. Justo tú sacaste el tema y por eso quería preguntarte si...

Kageyama aclara su garganta, arrodillándose. Hinata se le queda viendo atontado. De decirlo tanto, le pasó, pero no pensó que sería tan rápido. O que Tobio fuera a tener el coraje de pedírselo.

—¿Kageyama Tobio?

—Sé que es temprano, sé que no llevamos ni un año juntos... —Respira hondo, mirándolo a los ojos—, pero verdaderamente eres el amor de mi vida. Y-y te lo he dicho un millón de veces... Y... Eh, ahora quiero —Vuelve a aclarar su garganta—, dejarlo en claro. Quiero... quiero casarme contigo porque...

Hinata olvidó como respirar.

—Porque mis padres siempre dijeron que el... el matrimonio es... ¡Para toda la vida vida! Y yo realmente quiero pasar el resto de mis días a tu lado porque eres mi fuente de energía y el chico más lindo que he conocido —Balbucea murmurando—. Y eso. ¿Te casarías conmigo?

Kageyama no luce seguro, como si tuviera miedo de la respuesta. Hinata, asintiendo repetidas veces, piensa que no puede abrir la boca porque está en estado de shock. Está nervioso, olvidó cómo siquiera parpadear.

—¿Hinata?

Él sigue asistiendo. Cree estar llorando.

—S-sí... Lo siento mucho, no... No sé qué decir... ¡Osea sí! —Grita ante la cara de pánico de Kageyama—. ¡Sí quiero casarme contigo pero no sé cómo seguir vivo después de esto! —Exclama con su voz rompiéndose—. ¡E-en serio estoy enamorado de ti y...! —Hipea—. ¡Quiero casarme contigo, sí!

—E-está bien, está bien —Kageyama murmura, soltando su mano para llevarla a su bolsillo—. Sí aceptas, q-quédate con el anillo... Y-yo ya los tengo... Eh... Por aquí...

Balbucea. Se supone que la caja debería estar en el bolsillo de su chaqueta.

Pero está vacío.

Kageyama se fija en el otro.

No está.

Hinata sigue llorando, limpiando sus lágrimas. Y Kageyama no encuentra la maldita caja.

—Mierda.

—¿Q-qué pasó? —Pregunta tragando con fuerza. Kageyama lo mira.

—L-lo perdí. ¡Lo perdí!

—¿¡Qué!? —Pregunta horrorizándose—. ¿¡El anillo!?

—¡Mierda! ¡Sí! —Tiró de su cabello—. ¡Ayúdame a buscarlo!

—¡Esta fue la peor propuesta de todas!

¿Cuándo empezaré a vivir? | KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora