Las marcas de un corazón(versión en español)✅

Capítulo bônus

Hola, ¡vuelvo con un capítulo extra! Espero que os guste... Parte I

Para Carolleite26

(Agradecimiento especial a mi bella danifelix15485688 ya que me agasajó con este montaje que está al final del capítulo.... Gracias lindona) 🥰😘🥰😘.

Habían pasado cinco años desde que Cristina y Dionisio se casaron, y con la llegada de sus hijos no hubo luna de miel. Dinorah tenía 8 años, Otávio 5 y Elena 4 y medio. Cristina era la directora pedagógica de la escuela donde enseñó durante años, y Dionisio mantenía su empresa de exportación. Miranda y Feliipo se casaron, vivían en el centro, cerca del hospital donde ella trabajaba. Celeste se quedó cerca, pero hizo las maletas con un grupo de ancianas que sólo viajaban por el mundo.

Aquella mañana hacía un tiempo extraño, estaban en la granja, era el fin de semana de la familia. Dinorah notó que su madre estaba triste. Su padre estaba al teléfono, ni siquiera parecía un fin de semana familiar.

- Hola cariño, enseguida te sirvo el desayuno. - Dijo Cris mirándola cariñosamente.

- Él está enfadado y tú triste. - Dijo la chica.

- Así es la vida adulta mi amor, traer trabajo a casa a veces lleva a esto. Ahora ayúdame con los panqueques y ve a buscar a tus hermanos, por favor.

- Leninha estaba comiendo el carrito de Tavinho.

- Tengo que llevarla al médico, bueno, después lo veo.

Cristina vio que su hija corría a la sala para llamar a sus hermanos a tomar café. No llamó a Dionisio, seguía enfadada con él por haber programado una reunión el sábado por la mañana. Vio llegar a sus hijos, acomodó a todos y les sirvió.

- Elena se lo va a comer todo.

- Yo no quiero, quiero a mi padre. Mi padre me lo da.

- Deja de hacer berrinches, Elena. Tu padre está trabajando. Ahora come de todo y luego iremos a dar un paseo.

- Mamá, tienes que comprar un carrito, Leninha, me comí la rueda de mi coche nuevo.

La niña le enseña la lengua a Otávio, que también se la enseña a ella. Pronto los dos empiezan a llorar. Siempre fue así, pelean y lloran porque pelearon.

- Cálmate, me lo creo, pero Elena se disculpa con su hermano.

- Está bien. Lo siento, Tavu.

- Sí, Lenita. Yo también lo siento.

- Sí -dijo la chica, limpiándose la cara y luego sonriendo-.

- Bueno, ahora a comer. - Cris suspiró pesadamente y no vio llegar a Dionisio para tomar café con ellos.

Cristina tenía la paciencia de Job con sus hijos. Comieron y Cris retiró la mesa. Lo guardó todo y sólo dejó allí el lado de Dionisio. Una señal de que ella no estaría allí cuando él dejara la llamada.

Eran las nueve cuando Cris cerró la puerta del coche después de sentar a sus hijos. No miró por la ventanilla, porque sabía que Dionisio los estaba mirando. Cristina subió al coche y se marchó, dejando sólo una nota en la que decía que iría al centro con los niños.

- Sí. Cerremos el contrato y exportemos. Sí, claro. Sí, claro. Cosas imprevistas suceden. Que tengas un buen sábado. - desconectó la llamada y suspiró al ver salir el coche de Cris del garaje.

Dionisio se dirigió hacia la cocina, vio que ella había dejado el café preparado. Ni siquiera lo hizo sonar, cogió el móvil e hizo varias llamadas.