Noche de lluvia

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Dionisio gira la cara y Cristina y él se encuentran cara a cara, sus respiraciones se vuelven intensas, sin compasión, sus corazones laten fuerte, él podía sentir su aliento caliente al igual que ella podía sentir el suyo. Ella levantó la vista y le miró intensamente, Dionisio sintió que su mundo se detenía por un momento.

- Papá... ¡Tengo hambre! - dijo la niña mirándolos.

- Hola, cariño. - Cris sonrió sin aliento y le hizo un hueco a Dionisio.

- ¿Vamos para lá cafeteria  de Laura a comer, querida?

- Sí, ven conmigo, tía Cris. - dijo, estirando los brazos para que Cris la tomara de nuevo en sus brazos.

- No, cariño, me voy a mi casa. - Cris acarició la cara de Dinorah y se fue. - Hasta luego, Sr. Ferrer.

- Gracias de nuevo por traerla aquí. - Ella sólo asintió y los dejó y fue a la escuela a buscar sus cosas. La observó caminar.

- Cristina. - suspira viéndola alejarse de ellos.

- tengo hambre, hambreeee... - dijo la niña en el asiento del coche.

Cristina subió al coche y sonrió de forma diferente, sentía algo nuevo esa tarde, iba al centro, se encontraría con su abuela y tomarían un café juntas. Miranda estaba con Celeste, pero ambas irían juntas al café de Laura, donde también estaría Cris y casualmente también irían Dionisio y Dinorah.

Cris paró el coche y enseguida vio a Miranda con una señora y sonrió, cogió su bolso y se dirigió hacia ellos. En ese momento Dionisio sacaba a Didi de la silla del coche, la niña sonreía porque iba a tomar una merienda que le haría su madrina.

- ¿Hace Didi la leche?

- Sí, amor, sabe que le gusta la leche con chocolate, ¿qué le gustaría comer?

- ¡Genial!

- No sólo caramelos Dinorah, vamos a comer un sándwich, luego papá te dejará comer caramelos.

- Entonces quiero un gran caramelo.

- Un dulce. - Dionisio sonrió a su hija, la puso en su regazo, cogió su bolsa de cosas y se fueron a la cafetería.

Laura sabía que los jueves era el día en que su ahijada paseaba con Dionisio y siempre paraban allí para merendar, así que preparó todo lo que le gustaba a su ahijada, leche cremosa con chocolate, pan dulce con dulce de leche y una tarta de pizza. Miranda y Celeste se reían cuando Cristina se acercó a ellas.

- ¿Hola, chicas? -dijo riendo.

- Hola mi amor, déjame presentarte. Cristina, esta es Celeste Artigas. Cel, esta es mi nieta, Cristina Maldonado.

- Encantado de conocerla, Sra. Artigas. - dijo, extendiendo la mano.

- El placer es mío, y nada de "señora", por favor. Tu abuela habla mucho de ti, sabes.

- Lo sé, Miranda ha estado tramando algo.

- Oh, cariño, qué pensará Cel de mí... - se rieron.

- Vamos a merendar, hay una cafetería que me encanta en la galería. - dijo Cris señalando el lugar.

- Sí, vamos, la cafetería es de la familia de Celeste.

- Bueno, no mi familia directamente, sino la de la familia.

Caminaron hablando, Dionisio y Dinorah estaban en la cafetería, hablando con Laura.

- Te he echado de menos, mi princesa.

- Soy una bailarina, madrina, oh! - mostró la ropa que llevaba.

- Habrá una actuación suya en el día de la familia, y hoy ha estado ensayando.

Las marcas de un corazón(versión en español)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora