“ÉL ES MÍO”
Para cuando las vacaciones terminaron, tanto Satoshi como Go ya llevaban algunos días en el hogar de los Sakuragi. Durante ese tiempo no fue muy difícil para el andrógino mantenerse muy cerca del ojicafé, después de todo, vivían bajo el mismo techo, además, compartían habitación y litera.
Sin embargo, el ojiazul no notó nada fuera de lo común en su mejor amigo, actuaba igual que siempre, y lo trataba con la misma amabilidad y confianza a la que estaba acostumbrado.
Así que, cambió su perspectiva; en lugar de fijarse en cómo el de gorra lo trataba a él, se fijaría en cómo este trataba a las demás personas.
Si alguien se lo preguntaba, diría que se sentía como un completo idiota al preocuparse tanto por un posible rechazo, después de todo, cuando era niño le daba igual estar solo, tenía a Koharu a su lado, ella lo entendía, por ende sentía que no necesitaba a nadie más, al menos así era antes de conocer a Satoshi.
Jamás imaginó que ese niño tan despreocupado y confianzudo pondría su mundo de cabeza en tan solo un par de días. Ahora tenía a muchas personas que consideraba sus amigos, ninguno tomaría nunca el lugar de Satoshi, Koharu, ni Tokio, pero también eran preciados e importantes para él... Excepto Shigeru, quien le seguía pareciendo un cretino.
Cuando el regreso a clases comenzó, el adolescente de facciones andróginas le puso mucha atención a su amigo de ojos marrones, siempre que este se relacionaba con alguien más, el moreno se fijaba en la manera en que el contrario los trataba. Esto continuó durante varios días hasta que la peligranate decidió ponerle un alto, pues ese comportamiento de su amigo de la infancia le comenzaba a preocupar.
—En lugar de acosar a Satoshi, ¿no sería mejor que hablaras con él de frente y le preguntaras qué siente por ti? —sugirió prudentemente.
—Eh... ¿No? —dijo sarcástico—. No podría preguntarle eso sin que él comenzara a sospechar algo.
—Pero sería mucho más sano que eso que tú estás haciendo. ¡Mírate! ¡Eres un acosador! —puso los brazos en forma de jarra.
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CONFÍA EN MÍ | Pokémon
FanfictionEl mayor error de Satoshi fue darle su amistad a aquel joven de piel bronceada y apariencia andrógina, ¿pero cómo iba a saber que incluso los "chicos bonitos" pueden ser letales? «Si confías en mí, sabrás que nunca haré nada para lastimarte...». • M...