⁝⊱ CAPÍTULO 2 ⊰⁝

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“CONSIDERARLO

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CONSIDERARLO... ¿O NO?”

Ahora que el moreno por fin entendía sus propios sentimientos, le era más fácil lidiar con estos, sin embargo, prefirió callarlos, no había manera de que le confesara a Satoshi que en realidad le gustan los hombres, mucho menos que le gusta él.

Más tarde esa noche, decidió hacer las pases con el ojicafé, después de todo, él tuvo la culpa de haberlo hecho enojar, lo justo era pedirle perdón y tratar de darle una explicación sobre su extraño actuar, aunque esto significara mentirle a su mejor amigo a la cara.

—Oye, Satoshi —habló suavemente desde la litera de arriba. El mencionado no respondió, pero Go sabía que estaba despierto, así que siguió hablando—, lamento haber actuado como un completo imbécil todo este tiempo, te traté mal sin querer... Lo siento.

La falta de respuesta del contrario preocupó al ojiazul, quien temía que ahora Satoshi lo odiara hasta el punto de no querer dirigirle la palabra nunca más, un pensamiento que casi lo hace entrar en pánico de no ser porque después de varios segundos, el mayor se dignó a responder.

—Está bien, Go. Sé que no lo hiciste a propósito —esa respuesta lo hizo suspirar aliviado—. ¿Me dirás qué es lo que te hizo actuar así? ¿Por qué me evitabas con tantas ganas? —se atrevió a preguntar.

—Yo... —tragó saliva—. H-He estado demasiado estresado por las tareas y evaluaciones de la escuela —mintió. “¡Idiota, obviamente Satoshi no caerá con una mentira tan obvia!”, se regañó mentalmente.

—Oh, ¿era por eso? —asomó la cabeza desde la litera de abajo para ver a su amigo—. ¡Haberlo dicho antes! Es completamente normal estresarse con todo lo que los profesores nos mandan en clases y también para hacer en casa.

En esos momentos el chico de pestañas largas agradecía que el de la gorra fuera tan confiado, pues era muy fácil engañarlo, ya que creía ciegamente en todos los que consideraba sus amigos.

—Sí... Debí habértelo explicado antes, pero me daba vergüenza —se sobó la nuca riendo falsamente.

—Bueno, eso ya no importa, me alegra que me lo hayas explicado, todo este tiempo estuve pensando que quizás te habías cansado de soportarme —confesó soltando una risita, sin notar la expresión de sorpresa que el moreno tenía en su cara.

—No, para nada, eres mi mejor amigo, Satoshi, a donde quiera que vayas; yo iré, no lo dudes —sonrió cálidamente, cosa que hizo sonrojar levemente al contrario, pero el ojiazul no alcanzó a notarlo debido a la oscuridad que había en la habitación.

—Gracias, Go... —se acomodó una vez más en su cama dispuesto a dormir—. Buenas noches, qué duermas bien.

—Sí, buenas noches, igualmente... —suspiró. “Me gustas”.

 “Me gustas”

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