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-Jihyo, despierta...- Murmuró la señora Park, acariciando el rostro de su hija, la cual la tenía preocupada. Después de su pijamada con su amiga, Jihyo no quiso comer en todo el día y sólo se quedó llorando en su habitación. Tenía los ojitos hinchados y algo colorados de tanto llorar. ¿Te sientes bien como para ir a la escuela?

La pequeña negó con la cabeza y abrazó con fuerza su peluche favorito. Recordó lo que había pasado el día anterior y comenzó a llorar en silencio, cosa que destruyó por completo el corazón de su mamá.

-Está bien, mi niña. Pero debes comer algo... La niña no mostraba interés alguno en comer. No tenía fuerzas para nada, estaba muy triste.— Hice panqueques con fresas y miel pero no podré desayunar contigo, tengo que ir a trabajar... Pero no desayunarás sola.-

Jihyo la miró con confusión. Si no comería sola ¿Con quién lo haría?

-Recuerda que Jeong tampoco irá a clases porque tiene varicela y tú ya tuviste, así que no te puedes contagiar de nuevo. -Habló con una sonrisa reconfortante y eso animó a la menor. -Bien, te preparé un baño. Ve, báñate, ponte ropa cómoda y baja a saludarme antes de que me vaya.-

Dicho esto, le dio un besito en la frente a su hija y se fue al piso de abajo. Jihyo obedeció al pie de la letra. Tomó un baño calentito y, al salir, se puso su pijama favorito, que era un enterito de unicornio con capucha ¡Incluso tenía una colita!

Como ya se sentía algo mejor, bajó a buscar a su mami y la encontró hablando con una mujer conocida. Era la madre de Jeongyeon.

-¡zyozyo!- Exclamó la compañerita de clases de Jihyo. Ver una cara conocida de alguien de su edad la hizo sentir mejor.

-Jeongie ¿estás bien? Cuando yo tuve varicela me rascaba mucho.— Comentó haciendo una mueca al recordar esos tiempos. La de ojos pequeños asintió con una sonrisa. La picazón era soportable para ella.

A decir verdad, Jihyo y Jeongyeon no eran amigas, o al menos Jihyo no lo veía de esa manera aún. No hablaban mucho en la escuela ni se juntaban a jugar, pero esta sería la oportunidad perfecta para la más pequeña.

-Jihyo, cariño. Ya me tengo que ir. Hazle caso a la señora Yoo, pórtate bien y diviértete.- Dijo la señora Park, agachándose a la altura de su pequeña búho para darle un besito en la frente antes de irse.

Jihyo y su compañera fueron a su habitación para jugar un rato antes de desayunar.

-Oye ¿Qué te pasó en los ojitos?— Preguntó preocupada por su potencial amiga, pero eso solo hizo que la más pequeña bajara la cabeza. 'Lo siento, no tienes que decirme si no quieres...-

-Te lo diré, pero es un secreto.- Habló mirando fijamente a la mayor y recibiendo un "Lo prometo" como respuesta. Jihyo suspiró antes de continuar.- Conocí a una niña que primero fue mala conmigo, luego buenita, pero al final me lastimó. Aún así quiero estar con ella y a-abrazarla.-

Jeongyeon soltó un chillido al escuchar eso. -¡Es como en las novelas que mira mami! ¿Te gusta esa niña?-

-¿G-gustar?- Las maripositas revoloteaban en el estomago de la pequeña y los nervios se apoderaban de ella.

—Sí, ya sabes... Cuando quieres mucho a alguien, que quieres tomar su manito, darle besitos y vivir juntos.

Jihyo lo pensó un poco y tenía sentido. Ella quería tomar la mano de Sana, estar siempre con ella y tal vez darle besitos en la mejilla. Eso significaba que...

-C-creo que m-me gusta Sana.

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora