I

640 41 72
                                    

Craig Tucker:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Craig Tucker:

Me encontraba recostado en mi cama esperando a la llegada de Tweek, todos los domingos solíamos quedar en mi casa para pasar la tarde viendo vídeos estúpidos de caídas graciosas o viendo capítulos antiguos de red racer. Escuché el timbre sonar varías veces y me levante de mi cama con agilidad, no quería que mi madre llegara antes y incomodara a Tweek con sus estupidas preguntas y comentarios.

Corrí rápido tropezando con mis pies tratando de no caerme por las escaleras, cuando llegue a la puerta me paré a recuperar el aliento y a acomodar mi chullo, cuando estuve dispuesto colocar mi mano sobre el pomo de la puerta, mi madre apareció de la nada, empujándome y abriendo la puerta.

—¡Tweek! Que alegría verte, cariño.—Exclamó mi madre de manera dulce mientras se echaba a un lado para que Tweek entrara.

—H-hola, Señora Tucker.—Dijo el rubio con sus característicos temblores, ya teníamos dieciséis, sus tics habían mejorado un poco pero no tanto como lo que hubiera querido. Traté varías veces que dejara el café, fue difícil pero conseguí que rebajara su dosis a solo 5 tazas diarias.

—Ay, cariño, sabes que puedes llamarme Laura.—Sentí la mirada incómoda del blondo sobre mi, pidiéndome ayuda para escapar de aquella situación. Suspire, tomando su mano

—Nos vamos a mi cuarto, no nos molestes.—Dije con mi típico tono de voz monótono, mientras subía las escaleras.

—Está bien, pero dejad la puerta abierta.—Rodeé los ojos ante aquel comentario que venían haciendo nuestros padres durante unos cuantos meses, alegando que ya estábamos en "esa edad."

—Agh, cállate.—Dije sin más mientras hacía caso omiso a la prohibición de mi madre, cerrando la puerta con fuerza para que mi madre escuchara.

—¡agah! ¡T-tu madre dijo q-que dejarás la puerta abierta!—Dio un brinco asustado al escuchar el portazo.

—No tenemos que hacerles caso en todo, cariño.—Dije acercándome a la jaula de Stripe dejándolo libre por la habitación.

—¡P-pero Craig! ¡No puedes h-hacer e-eso! ¿¡Y si tus padres se enojan conmigo!? Eso sería demasiada presión.—Exclamó temblando mientras daba tirones a algunos mechones de su pelo, aún no había logrado que dejara aquello.

—Tranquilízate.—Coloqué mi mano sobre su hombro tratando de que se tranquilizara, empecé a inhalar y exhalar para que copiara mis acciones, y así hizo. Cuando ya se había tranquilizado, le regalé una casi imperceptible sonrisa.—¿Estás mejor?—Este solo asintió.

¡Oh, Dios mío! ¡Mataron a Kenny! (tweeny/Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora