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Sólo parpadea despierto cuando Donghyuck lo acuesta en la cama.

— ¿Estamos en casa? —pregunta Mark pestañeando en la penumbra, iluminado únicamente por la lámpara de estrella que cuelga de la pared y que Donghyuck había encontrado en Ikea y se había negado a devolver.

Donghyuck emite un suave sonido de asentimiento, se mueve silenciosamente a su alrededor, cierra las persianas y cubre a Mark con la manta.

— Duerme — murmura, pasando la mano por la frente de Mark y recorriendo los mechones con los dedos. Es agradable, reconfortante. Se oye un suave resoplido y Mark gira la cabeza con mucha dificultad, ya que ahora mismo la siente como si pesara mil libras, y ve al dragón acurrucado junto a su cuello.

— Lo juro por Dios — murmura Mark, acurrucándose bajo las sábanas y acercándose para absorber parte del calor que desprende el dragón — Cuando me despierte, te voy a partir la cara por dejar que esta cosa esté en mi cama —

Donghyuck resopla mientras cierra la puerta tras de sí.

— Claro, Mark — yel ruido de la puerta al cerrarse se pierde mientras Mark es arrastrado de nuevo bajo los brazos del sueño dichoso.






Mark se despierta con un rítmico estruendo y un calor procedente de algún lugar alrededor de su ombligo y, cuando se obliga a abrir los ojos, ve al dragón, acurrucado sobre su estómago, brillando con un suave color naranja desde el interior mientras ronca, emitiendo un calor increíble. Mark permanece tumbado un rato, debatiéndose entre despertar literalmente a un dragón dormido o mojar la cama por primera vez en más de 15 años. Finalmente, el empuje de su vejiga es demasiado fuerte y se incorpora con cautela, intentando no empujar al dragón. El dragón resopla y parpadea, le mira perezosamente con un gran ojo dorado, bosteza, estira sus alas regordetas y amasa sus garras en el estómago de Mark, antes de saltar sobre él y salir de la habitación.

Mark gruñe, se incorpora y sigue al dragón hasta el cuarto de baño. A juzgar por el brillo verde de los números del microondas, son las cinco de la mañana, lo que significa que Mark ha dormido... 16 horas. Mira el reloj aturdido. Ha dormido 16 horas y no ha terminado nada de su trabajo de hoy. Mark gime, se pasa las manos por la cara y busca su mochila.

La encuentra sobre el sofá, con un post it rosa pegado en la parte superior.

Mark~~ lee lo que Donghyuck ha escrito con bolígrafo dorado. Ya he terminado tus deberes, así que no te asustes. Le he pedido a Jeno las respuestas a las preguntas de física y el dragón me ha ayudado con las matemáticas. Espero que hayas dormido bien. (también hay arroz frito en la nevera, deja de comer esa mierda en el café). Mark mira fijamente los varios corazones que siguen al final de la nota sintiendo confusión y una especie de calor inexplicable creciendo en su pecho.

¿Qué demonios quería decir Donghyuck con que el dragón le había ayudado con las matemáticas? Mark saca su folder y repasa mentalmente el trabajo y, por lo que su cansado cerebro puede deducir, todo está bien. Se queda mirando las fórmulas, escritas con bolígrafo de purpurina rosa brillante -en serio, a veces no soporta a Donghyuck- y luego echa un vistazo al dragón sentado tranquilamente en el respaldo del sofá.

— ¿Qué has hecho? — exige, agitando el papel hacia el dragón. El dragón mira el papel y gira para mirarle antes de resoplar y batir las alas — No, en serio — sisea Mark, intentando bajar la voz — Sé a ciencia cierta que Donghyuck se dormía en todas las clases de matemáticas del instituto —

— ¿Estás discutiendo con el dragón a las cinco de la mañana? — pregunta Donghyuck, y Mark se vuelve, sobresaltado, para verlo apoyado en la entrada de la cocina, con los ojos entrecerrados por la luz y echándose el pelo hacia atrás, soñoliento — No habla, Mark, lo sabes, ¿verdad? —

— Cállate — dice Mark por reflejo, molesto, antes de enderezarse blandiendo el papel hacia Donghyuck — ¿Cómo has hecho esto? —

Donghyuck parece exasperado.

— Mark, realmente no importa. Son las cinco de la puta mañana y estoy cansado —

— Pues yo no — suelta Mark, aunque su frustración ya se desvanece al ver que Donghyuck se frota los ojos — He dormido dieciséis horas —

— Gracias a mí — señala Donghyuck y chasquea los dedos para que los papeles salgan flotando de los dedos de Mark, que no se resisten, y vayan a parar a su mochila — Ahora, por favor, cállate y vamos a dormir —

Mark mira fijamente su mochila, ahora cerrada, y fulmina al dragón con la mirada. Sé que esto es culpa tuya, piensa, irritado. No sabe cómo, exactamente, pero está seguro de que el pequeño demonio le ha estropeado algo.

— No estoy cansado — dice con malicia, sin dejar de mirar al dragón, que le devuelve la mirada.

Donghyuck gime y se da la vuelta.

— Pues yo me vuelvo a dormir, así que por favor cierra la puta boca y deja de discutir con el dragón. Es muy temprano, maldición — su voz se apaga mientras se aleja.

Mark lo persigue con la mirada mientras regresa a su habitación y luego sigue al dragón lanzándole una mirada de advertencia. Este, por supuesto, lo ignora, y cuando Mark se acurruca bajo las sábanas junto a Donghyuck, el dragón lo sigue, aletea hasta posarse en la almohada sobre sus cabezas y ruge suavemente.


































here are dragons || markhyuck ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora