Me giré a ver al que me hablaba desconcertada. ¿Quién sería y por qué me hablaba?
Lo que sí puedo decir, es que era un muchacho muy guapo. Su alborotado cabello castaño le caía sobre los ojos y llevaba una polera gris que le resaltaba sus tonificados músculos.
Igual ese día no estaba de humor.
-¿Qué quieres?- pregunté algo molesta.
-Nada, solo charlar.
-No estoy de humor.
-Se nota que no lo estás- dijo sonriendo y sentándose al lado mío.
Hice una mueca de desagrado y me paré repentinamente y muy molesta.
-¡¿Crees que soy otra de esas chicas fáciles a las que lo único que les importa es el maquillaje y los chicos?! ¡Pues, para tu información, estás equivocado!- grité furiosa.
-Wow, tranquila- dijo con esa sonrisa de lado que tanto me molestaba. -Veo que de verdad no estás de humor hoy, y ni siquiera sé tu nombre.
Me sentí un poco avergonzada, tenía razón.
-Nos veremos mañana, en el mismo lugar, a la misma hora. Espero que no faltes.
Sin decir más se dio la vuelta y se fue.
¿Qué quería este chico conmigo?
Sacudí la cabeza y comenzé a caminar para despejar un poco mi mente.
Sinceramente, había tenido un día horrible.
Y se puso peor.
Ashley estaba con sus chillonas amigas comprando.
MIERDA.
Me asusté y corrí a esconderme una tienda.
No tenía idea de por qué estaba huyendo de ella, no era la reina de Inglaterra o algo por el estilo.
Pero golpeaba fuerte.
Muy fuerte.
Puta madre, mátenme ahora.
La rubia teñida entró a la tienda -si Haley, muy inteligente de tu parte haber entrado a una tienda de bolsos caros- acompañada de sus zorras amigas.
Traté de escabullirme pero ella ya me había divisado.
-La perra de Haley esta aquí. Qué sorpresa- dijo con una sonrisa de suficiencia.
Comencé a temblar.
Se acercó lentamente a mí cotoneando sus caderas- no dejaba de ser puta ni siquiera al momento de golpear- y levantó su puño con la manicura recién hecha.
Cerré los ojos con fuerza.
Sin embargo, no sentí su mano impactar contra mi cara.
Sentí solamente otro tipo de mano acariciarla.
-¿Estás bien?- esa voz se me hizo muy conocida.
Abrí los ojos lentamente y me encontré con el mismo chico de hace unos minutos atrás.
-G-Gracias.
-No fue nada.
Me ayudó a levantarme amablemente y sólo le di otra mirada de agradecimiento.
-Creo que no cumplimos el plazo de tiempo esperado-dijo riendo entre dientes- Soy Sawyer.
-Haley- dije ya un poco mejor.
-¿Estás bien? ¿Qué fue todo eso?
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Hice una mueca y me pasé la mano rápidamente para quitarlas.
-Nada. No te preocupes.
Sonreí a medias y él también sonrió, pero la sonrisa no le llegó a los ojos.
-Si usted me lo permite, señorita Haley, la llevaré de vuelta a su casa sana y salva.
-Te acabo de conocer.
-No te creo- dijo con sarcasmo- Solo es un buen gesto, no sería capaz de hacerte nada malo.
Me ruborizé sin razón.
-Ok- dije un poco resignada.
Él sonrió y tomó mi mano con delicadeza.
Un escalofrío me recorrió la espalda.
Pero era agradable.
Subimos a su camioneta -lo que era raro es que yo tenía transporte, pero lo dejé en el instituto.
No importa, lo pasaría a buscar mañana.
Me abrió la puerta y subí y me sonrojé -otra vez, si -.
Hablamos y conversamos animadamente todo el trayecto mientras le daba indicaciones de dónde quedaba mi casa.
-Gracias de nuevo- dije.
-Te dije que no fue nada.
Me dio un beso en la frente y se fue.
Entré en un rápido movimiento a mi casa, me bañé, me puse el pijama y dormí plácidamente.
****
Desperté otra vez con la maldita alarma.
Recordé mi miserable primer día e hice una mueca de disgusto pensando en que tendría que revivirlo hoy.
Hice todo lo que tenía que hacer y caminé, ya que había dejado mi auto en el instituto pero no estaba muy lejos.
Divisé la entrada y ahí estaban.
Ashley, Sarah, Catelyn y Tansy.
Maldita sea.
¿Cómo se supone que iba a pasar ahora?
Caminé insegura hacia la entrada.
Ellas enseguida se fijaron en mí, especialmente la reina -notese mi sarcasmo- Ashley.
-Ayer no te pude dar la golpiza que te merecías por culpa de tu nuevo amigo. Y él no pagará, sólo serás tú.
Tragué saliva con fuerza.
-Pero no te podemos golpear aquí, sería muy obvio, acompáñanos, perra.
Asentí temerosamente sabiendo muy bien lo que me esperaba.
Me subí a ese auto lujoso -y horrible- de su "grupito" y partimos rumbo a un callejón que ni siquiera ubicaba.
Genial.
Me sacaron bruscamente del auto, casi tropecé con mi propio pie.
Me acorralaron y Ashley comenzó a golpearme seguida de sus amigas.
Primero empezó con unos fuertes golpes en el abdomen, luego siguió con rodillazos en el mismo lugar y luego me retorció el brazo tan fuerte que no pude evitar soltar un chillido de dolor.
-Perra, no sabes defenderte- dijo y soltó una carcajada.
Las lágrimas ya brotaban de mis ojos sin parar.
Dolía, y mucho.
-No se atrevan a hacerle algo más.
Sawyer.
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Bullying.
Teen FictionHaley estaba ligeramente emocionada por mudarse a Canadá, pero toda su vida en ese lugar no sería como ella lo esperaba. Chicas que golpean fuerte, un chico aparentemente agradable, una amiga que sufre la agresión junto a Haley. Al parecer su penúlt...