Abrí los ojos en un intento de ver de quién provenía esa hermosa voz y volví a ver de nuevo a Sawyer.
Solté un sollozo y su cara se llenó de preocupación.
Ashley, a pesar de su advertencia, me seguía doblando el brazo con fuerza mientras yo gritaba fuertemente de dolor.
Sawyer caminó rápidamente pisando fuerte hacia donde estábamos y golpeó con dureza la cara de Ashley.
-No me importa que seas mujer, porque eres una total zorra.
Ashley sólo asintió temerosamente y acto seguido ella y su séquito se fueron corriendo de ese lugar.
Sawyer corrió hacia donde yo estaba y me abrazó con delicadeza.
-¿Estás bien? -su tono de voz era de preocupado.
Solté otro sollozo.
-No.
Me estrechó entre sus brazos -aún así con delicadeza para no lastimarme-.
Las lágrimas no tardaron en recorrer mis mejillas.
Él me miró con ternura y las secó con las yemas de sus dedos.
-¿Cómo me encontraste?
-Te he estado vigilando, sabía que algo no iba bien contigo y quería averiguarlo.
Me mostré sorprendida ante su comentario.
-Muchas gracias- le susurré.
-Fue un placer.
Trató de ayudarme a levantarme pero mis piernas flaquearon a causa del dolor y me derrumbé en el suelo.
Me tomó entre sus brazos- si, como a las princesas- y me llevó camino a su auto.
-Ya me encargué del tuyo, le pedí a un amigo que lo llevara a tu casa. - me dijo para tranquilizarme.
Asentí tristemente.
Al parecer él lo notó.
-¿Qué es lo que pasa?
-Nada.
-No me mientas.
Sus ojos me miraban fijamente, tratando de descifrar qué era lo que sucedía.
Las lágrimas otra vez resbalaron por mis mejillas.
-Me duele- murmuré antes de desmayarme.
***
Abrí los ojos con dureza.
Me encontraba en un hospital, estaba segura.
La pintura blanca recorría las paredes y al lado de la cama había un sillón claramente incómodo de color verde manzana.
Y en ese sillón estaba Sawyer.
Se mostró sorprendido cuando abrí mis ojos y se apresuró para llegar a mi lado.
Su expresión era cansada y sus ojeras eran notables.
-Oh Haley - susurró- Pensé que te habías ido.
Enarqué una ceja ante su comentario.
-No soy tan cobarde.
Él soltó una carcajada y tomó mi mano.
-Así que así es la Haley sarcástica. Me agrada.
Antes de seguir con nuestra conversación nos interrumpió la doctora.
Tenía el cabello castaño claro hasta más abajo de los hombros y sus ojos eran uno café y uno verde, y era un poco bajita.
-Buenas Haley, veo que has despertado. Mi nombre es Francisca Cortés y yo seré la que te atenderá en estos días. La emfermera que te ayudará será ella -la señaló.
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Bullying.
Teen FictionHaley estaba ligeramente emocionada por mudarse a Canadá, pero toda su vida en ese lugar no sería como ella lo esperaba. Chicas que golpean fuerte, un chico aparentemente agradable, una amiga que sufre la agresión junto a Haley. Al parecer su penúlt...