୨2୧ Color esmeralda

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El día fue bastante acogedor, fue excelente. Aunque cuando la celebración se dio por finalizada, sentí un leve cansancio.

Y recuerdo que apenas haber tocado la almohada sentí que mis párpados no podían seguir abiertos.

4:35

Mis ojos se entreabrieron y sentí el humo penetrando mis fosas nasales. De repente, me encontré sentada en la cama, sintiendo cómo mi pecho se apretaba y me impedía respirar con normalidad. Miré a mi alrededor con preocupación y vi una imagen que me dejó sin aliento: el fuego había consumido toda la habitación, el humo se había propagado por todas partes y las cortinas y la puerta estaban ardiendo. A través del marco de la puerta, pude ver que el resto de la casa también estaba en llamas.

Sentí cómo el corazón se me aceleraba y una sensación de shock se apoderaba de mí. ¿Era esto real? ¿Cómo podía ser posible? ¿Por qué mi hogar estaba ardiendo en llamas? No sabía si debía quedarme en la cama o salir corriendo para buscar a mis padres. El aire que respiraba estaba caliente y me costaba respirar. Sentí mi corazón acelerarse como si en cualquier momento se fuera a arrancar de mi pecho.

No sabía si pararme de mi cama e ir a buscar a mis padres o quedarme viendo la escena aterrada.

Me paré cuidadosamente forzando mi respiración debido que cada momento restante sentía el aire quebrarse a mi alrededor.
Solté un quejido al tocar suelo, estaba realmente caliente.

Caminé cojeando, debido que sentía si mis pies estuvieran caminando por el mismo infierno.
El fuego cada vez se extendía más por la habitación.

—¡Mamá,Papá!—solté el grito más desgarrador desde el interior de mi pecho.

No hubo respuesta alguna.

Sentí las lágrimas de aterro y frustración resbalar sobre mi mejilla.

—¡Por favor!,¡¿Hay alguien?!—grité como si una bestia hubiera forzado mis cuerdas vocales.

Pero el único ruido que habitaba en el hogar, eran mis gritos desesperados y el ruido del fuego y las chispas al quebrarse en el aire.

Intentaba seguir el afán de recorrer mi propio hogar en busca de mis padres, pero la debilidad y miedo que sentía me jalaba la espalda evitando que lo hiciera.

—¡No me dejen sola!—grité desconsolada.
Empezando a perder las esperanzas de un posible rescate.

No comprendía nada, ¿ellos me habían abandonado en esta hoguera?, ¿donde están mis padres?,¿por qué no me oyen?.
Millones de preguntas abundaban mi mente en ese momento.

Hasta que ví la silueta de alguien entre el fuego, entrecerré mis ojos intentando distinguir aquella forma humana.

—¡¿Henry?!, ¿eres tú?—dije desesperada.

—Al parecer te equivocas—dijo aquella "silueta" con tono misterioso.

El miedo brotó en mí como una bola de acero cayendo sobre mi pecho.

Me exalté en el momento que dió su respuesta.

—¿¡Quién eres?!—dije empezando a toser por el humo.

En ese momento aquella silueta dió unos pasos hacía delante que dejó distinguir su aspecto físico. Era castaño, ojos verdes y vestía algo raro. Abrí mis ojos como platos al notar que por su forma de vestir...hipotéticamente él no era de este mundo.

Empecé a toser con más fuerza en el momento que el humo se adentraba cada vez más en mi pecho, me sentía débil.

—¡No has respondido mi pregunta!—tomé el aire que me faltaba—¿!quién demonios eres?!—dije con la respiración entrecortada.

Tú eras mi destino Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora