[04] TODO UN VEJESTORIO.

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Capítulo 4.

Suzuka se ahogó con su propia saliva, había sido una fuerte impresión. Una vez recuperada, lo miró sin poder creerlo.

—Okay, entiendo que quiera matarte. Ese es vuestro asunto... Pero, ¿a mí familia y a mí? ¿Por qué?

Él la miró con una tranquilidad envidiable.

—Sakura odia todo lo que se relacione conmigo y tú me salvaste de esos niños y me trajiste a tu casa. Estamos relacionados.

Se miraron fijamente por unos minutos, sin decir nada. Ella recordó a Sakura, una chica bonita pero realmente molesta.

—No creo que Sakura sea capaz de hacer eso, o no parece serlo, al menos —murmuró, rompiendo el silencio. Sakura podía llegar a joderle la paciencia a cualquiera, pero, ¿matar a alguien? Suzuka tenía sus dudas al respecto.

El rubio suspiró pesadamente, pasando la mano por el cabello.

—Tú no la conoces, no como yo. En un día perdí a todos mis seres queridos; a mis padres, a mis amigos y a mi novia. Les perdí a todos. -Su respuesta estaba llena de tanta tristeza, que ella se sintió mal por él.

Se mordió el labio.

—De verdad lo siento mucho por ti pero, ¿hay alguna manera de que ella no acabe con mi familia y conmigo?—Suzuka no tenía una familia numerosa y tampoco eran unidos, y sinceramente le haría muy feliz no volver a ver a su odiosa prima, pero no quería que su padre se viera involucrado en ello y menos por culpa de haber rescatado a un gato.

Naruto se tocó la barbilla, con aires de pensativo. Pasado unos minutos, se encogió de hombros.

—Sí la hay, no la conozco.

Ella solo suspiró, por alguna razón no le parecía extraño que no lo supiera.

—Pero hay una bruja llamada Hinata, ella puede saberlo—añadió rápidamente.

Suzuka le miró interesada. Bueno, todo era bastante raro y poco creíble. Brujas y humanos transformados en gato, quién lo diría.

— ¿Y dónde vive? Podríamos buscarla y pedirle que nos ayude.

Él pareció repentinamente incómodo.

—Esa es la cosa... ¿Te sorprendería si te digo que no lo sé?—preguntó, con una risa nerviosa.

Suzuka se golpeó suavemente la frente con la mano.

—La verdad es que en este punto ya nada me sorprende—dijo, con resignación.

(...)

—Listo.

Suzuka terminó de acomodar sábanas y almohadas en el piso de su habitación, eso sería la cama provisional de Naruto. En su casa tenían una habitación de invitados y ella no hubiera tenido ningún problema en dársela, pero su papá lo descubriría. La habitación de Suzuka era la única que de respetaba.

Él le sonrió.

—Gracias, Suzuka-chan—le agradeció y se acostó rápidamente, sin poner queja.

Ella lo miró un poco sorprendida de no escuchar ninguna queja. Dormir en el suelo era realmente incómodo, por más sábanas y almohadas que se coloquen siempre lo sería.

— ¿No piensas quejarte por tener que dormir en el piso?

Naruto se encogió de hombros, despreocupadamente.

—He dormido en lugares peores, eso te lo puedo asegurar.

Suzuka sintió una presión en el corazón al imaginar al joven en la calle, a oscuras y sin nada con qué abrigarse.

—Oye, ¿y cuándo volverás a ser un gato?—le preguntó mientras se acercaba a su cama. Levantó las sábanas y se introdujo, con la mirada hacia el rubio. Éste se encontraba con los brazos cruzados detrás de su cabeza y los ojos cerrados.

—En el amanecer.

De noche era un humano, pero cuando amanecía se transformaba nuevamente en un gatos. Que horrible situación.

—Suzuka-chan, ¿cuántos años tienes? —Volteó hacia ella, mirándola con sus ojos tan azules como el cielo.

—Tengo dieciséis, ¿y tú?

Él se rió, causándole curiosidad.

—Bueno, cuando Sakura me colocó la maldición yo acaba de cumplir los veintiuno.

— ¿Y eso fue hace cuánto?

—Mil años, creo. —Los ojos del rubio parecían brillar, eran realmente muy bonitos.

Ella lo miró sorprendida, eso era bastante tiempo. Recordó que nada debería sorprenderla en ese punto.

—Eres todo un vejestorio—bromeó.

(...)

Suzuka se tapó los oídos con la almohada, al escuchar que llamaban repetidamente en su puerta.

—Suzuka, llegarás tarde a clases. —La voz de su padre sonaba como si se estuviera molestando.

No quedaba de otra que levantarse.

—Ya estoy despierta—contestó medio dormida y lo suficientemente alto para ser escuchada.

—Está bien, te espero para desayunar. No tardes. —Escuchó los pasos de su padre alejándose.

Suzuka resopló y sin muchas ganas se sentó en la cama. Miró hacia el suelo y vio el montón de sábanas y almohadas, entre ellas estaba el gato naranja mirándola. Recordó todo lo sucedido ayer, parecía un sueño.

—Buenos días, Naruto—le saludó, levantándose.

Mientras caminaba con dirección al baño fue deshaciéndose de su pijama. Entró, se cepilló rápidamente los dientes y a continuación entró a la ducha. Enjabonándose se le vino a la mente que se había quitado la ropa delante de Naruto.

Naruto la había visto en ropa interior.

Gimió, golpeando su frente contra la pared del baño. Sus mejillas ardían y no hacía falta verse en el espejo para saber que estaba roja.

Una vez que terminó, salió del baño. Se encontró al gato lamiéndose una pata. Dudaba que siquiera hubiera evitado verla cuando se estaba desvistiendo.

—Eres un gato pervertido—lo acusó, señalandolo.

El gato solo la miró inocentemente y Suzuka se imaginó que estaba divertido con la situación.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2020 ⏰

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La Maldición de Naruto. [Serie Maldición #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora