Capítulo 4

528 34 11
                                    

Apoyó su cabeza en sus brazos, mirando tras la ventana, algunos niños jugaban en la nieve. El murmullo detrás de él es muy incesante, quiere largarse, pero, no lo hace. A duras penas prestaba atención a las largas conversaciones que tenían sus dos amigos, Kenny y Kyle, el gordo aún no había venido, cosa que se le hizo extraño, al final, no le presto atención. Su celular vibró en la mesa, no se inmutó en ver quien le envió un mensaje. Stan suspiró con pesadez, se estiró para encarar a su pelirrojo amigo con la vista clavada en él.

Ésto lo tomó desprevenido, el de ushanka abrió la boca para hablar, sin embargo, se arrepintió para voltear a ver al de parca naranja que leía una revista. El pelinegro volvió a enfocar su vista en la ventana. "Que gran pueblo, a nadie le importa como te sientes" pensó molesto.

Agarró su bolígrafo, comenzando a hacer garabatos en su libreta. Recordaba como su "mentora" le había dicho que en caso de que estuviese molesto o alguna emoción empezaba interfiriendo en su día, hiciera garabatos estúpidos en alguna hoja. "Que mierda de ejercicio" volvía a pensar. Como el profesor Garrison aún no venía, se levantó para ir al baño.

—¡Stan!—llamó Kyle confundido.

El nombrado no hizo caso y siguió de largo. Caminó por los pasillos, sólo que se le hacían cada vez más largos, creyó que se estaba poniendo demente por creer todo eso. Hasta que por fin había llegado. Entró rápidamente a un cubículo. Vio que sus manos temblaban muchísimo. No entendía lo que le pasaba, no duró mucho cuando empezó a llorar. "¿Qué carajo?" Contó hasta cien, intentando calmarse. Se abrazó queriendo estar en otro lugar que no fuese en la escuela. Uno en donde estuviera mejor. Su respiración era más agitada y los latidos de su corazón eran muy rápidos.

—¡STAN!—gritaron demasiado fuerte. Abrió los ojos de par en par.

Se encontró con el rostro preocupado de Cartman, que parecía sudar bastante. Stan controló su respiración. Miró hacia a todos lados, solo eran su amigo y ¿Wendy?, ¿qué carajo hacia ella en el baño de hombres?

—¿Qué...—empezó a formular una pregunta—¿Qué pasó?—intentó recordar cómo pudo, pero no lograba hacerlo.

—¡Te desmayaste, idiota!, ¿cómo no puedes recordarlo? No estuve aquí contigo—habló Eric ayudando a levantar al pelinegro.

—Lo siento—susurró muy bajo.

Cartman rodó los ojos y pasó un brazo por sus hombros. Stan abrió la boca para decir algo.

—Tranquilo, Stan, te llevaremos a la enfermería—habló de una vez Wendy.

Asintió sin fuerzas. Se dirigieron hasta allá, donde la enfermera estaba desconcertada. Stan le explicó un poco a detalle lo que le había sucedido. Aunque no estuvo mucho tiempo allí, ya que la enfermera dijo que era algo normal. Así que se retiraron sin decir nada más.

Wendy y Cartman tenían una conversación amena, el de ojos azules se sintió confundido, solo que dejó de tomarle importancia. Estaban llegando al aula, cuando notó la presencia de Kyle, corriendo hacia donde estaba él.

—¡Carajo, Stan! ¿Dónde te habías metido? Estaba preocupado por ti—reprochó abrazandolo.

¿Acaso tenía una rara obsesión con abrazarle? No lo supo, pero lo disfruto.

—Perdón. Olvide que tenías que cuidarme—bromeó hundiendo su rostro en el cuello del chico.

El pelirrojo se estremeció por el contacto de su mejor amigo. Iba a hablar, pero fue interrumpido por el ruido del profesor Garrison que los miraba desde el umbral de la puerta.

—¡Niños! No pueden hacer sus cosas gay aquí en la escuela. Vamos entren.

Kyle y Stan se sonrojaron. Se separaron para entrar rápidamente al aula. El pelinegro se sentó en su lugar, su amigo hizo lo mismo. Con algo de aburrimiento escuchaba al profesor explicando sobre los distintos tipos de comercio que había en el mundo -ya que al parecer, la mayoría se había olvidado completamente de ello-. Bajo la cabeza, mirando la carpeta que estaba arriba de su pupitre, iba a escribir algo cuando el timbre volvió a sonar. Encendió su teléfono viendo que ya era la hora de la salida. "¿Tan rápido? Apenas es la primer clase" pensó desconcertado, volteó para ver que Kenny estaba a su lado.

—¿Vas a venir o te quedarás a dormir en la escuela, dude?—rio, arrebatando su gorrito. Stan protestó, guardando todo con rapidez.

—¡Dios, Kenny! Devuélveme mi gorro—hizo todo tipo de movimientos para que el rubio se quitara el gorro de lana.

El de parca se fue corriendo del aula, quizás no sería un mal receso.

¿Qué tal si te ayudo?-STANxKYLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora