EDITADO
Pov KyuHyun
Parpadeé un par de veces, antes de regresar a la realidad, aquella realidad en la que me encontraba sentado junto a la orilla de un lago con Yesung.
Pensaba en muchas cosas tales como el momento en que lo había visto con esa mujer en medio del bosque, pensaba también en las palabras que me había dicho su primo justo después de eso, pero sobre todo, pensaba en la decisión que había tomado la noche anterior antes de dormir, aquella de seguir con todo esto solo hasta el día de la presentación.
Y no sabía de que forma mis decisiones me afectarían.
Ahí con solo su presencia y el sonido de la naturaleza acompañándome, antes de que pudiese darse cuenta que de todo lo que rondaba en mi mente, y que lograra llegar lo suficientemente lejos como para enterarse de los oscuros detalles, oculté todo en algún lugar de mi cabeza que él no pudiese encontrar. Lo oculté lo mejor que pude, de la misma forma en que el sol podía ocultarse detrás de los arboles y las montañas a nuestro alrededor. No me di cuenta de cuanto tiempo había pasado, quizá había sido el mismo tiempo en que no había dicho una sola palabra, pero Yesung tampoco lo hizo.
Permanecí aferrado a mis piernas en un intento de compensar la baja temperatura de mi cuerpo, mientras que él observaba hacía la nada.
En medio de la oscuridad de la noche, de la nada y casi imperceptible figura del bosque, era como si la profundidad, y aún más intensa oscuridad de sus ojos, se perdiera entre las penumbras.
Le observé disimuladamente, lo más disimulado que pude, claro, prestando especial atención a su respiración, la forma como su pecho subía y bajaba en aparente tranquilidad. Observé sus manos que reposaban sobre el césped, las encontré algo pequeñas al compararlas con las mías, se encontraban a solo unos centímetros de distancia, sus dedos eran finos y estilizados, y a los cuales ya estaba acostumbrado a tener alrededor de mi cintura. Parecía estar relajado, su cuerpo permanecía curvado hacía adentro y solo parpadean de vez en cuando. Su sola visión, rápidamente me hacía darme cuenta de que nunca tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pensando, y aún así lo creí justo, ya que, de haber sido yo, tampoco me gustaría que se enterara de lo que pasaba en mi interior.
— Es hora de irnos — dijo con la misma voz de siempre, algo rasposa, y en tono bajo — Lo último que necesitamos es un resfriado.
Dijo, siendo lo más obvio que podría escuchar. Lo vi levantarse de su lugar en un solo movimiento. Con pasos lentos caminó hasta el árbol en donde había colgado su chaqueta y mi sudadera, al tomar ambas prendas, me miró nuevamente.
Solo distinguí un destello, como los ojos de un felino en medio de la noche.
— Vamos — dijo una vez más al ver que no me movía.
Le miré mientras se alejaba rumbo al auto, para cuando perdí de vista su figura en medio de algunos arbustos, regresé la mirada al frente, observando por última vez el movimiento del agua, y el reflejo ahora de la luna, sobre ella. La superficie del lago permanecía agitada, todo gracias la corriente escurridiza que parecía avecinarse de vez en cuando. Me perdí en el oleaje , en las hojas que caían en medio del agua y formaban ondas nuevas.
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Dirty Dancing [YeHyun] [EN EDICIÓN]
Fiksi Penggemar- "Nos iremos de vacaciones chicos" - Fue lo que su padre le dijo el mismo día en que le hizo subir a un auto junto con toda su familia al paraíso vacacional "Sunshine". Ahora nuestro castaño protagonista está atrapado en las montañas, sin nada me...