Absorto en su mundo el repentino parlar ajeno lo toma por sorpresa. JiMin siente un cálido revoloteo en el corazón y suelta una risa alegre, tierna e inocente como el canto de un pájaro por la mañana. "¿Eh? ¿Luzco como una persona herida?" Bromea desviando sus avellanas a las teclas superiores del piano.
YoonGi guarda silencio por un momento. Parece incapaz de procesar la pregunta de Park. No porque fuese complicada o incómoda, simplemente la respuesta se escapa de sus labios, así que remplaza sus palabras asintiendo.
Y JiMin no objeta.
Lo sabe, entiende que su semblante denota tristeza porque los destellos en su mirada han perdido brillo con el paso del tiempo.
La presión social, el hostigamiento de sus padres, el quiebre de sus sueños. Su fallida declaración a Jungkook como el detonante de todos aquellos sentimientos que en su momento se agolparon y mezclaron.
Pero YoonGi había provocado un sentimiento dulce en JiMin desde su primer encuentro, de esas sensaciones que llegan cuando ves un atardecer o el reposo de alguien a quien amas, ese punto en que se dilatan las pupilas y se encoge el corazón.
Así que quería disfrutar cada momento a su lado y extenderlo lo más posible.
JiMin remplaza su melancolía por entusiasmo y pronto rompe su cómoda postura para ponerse de pie a pesar del dolor en su pierna. "¿Quieres que vayamos a desayunar al kiosco? Estoy seguro de que te encantará, tiene una vista preciosa".
YoonGi acepta casi al instante. Toma cercanía con JiMin y le ofrece su antebrazo como soporte.
Sus pasos los guían hasta la sombra de un cerezo y el personal encargado de atender la residencia Park los esperan con salmón frito, pan con mantequilla y una canasta llena de fruta tropical.
Colocan los utensilios y ambos comienzan su ingesta en un ambiente acogedor. YoonGi le cuenta su historia de vida y lo aconseja para sobrevivir a la universidad. JiMin corresponde su ánimo manteniéndose atento a lo que dice.
Las horas transcurren y la emoción del momento provoca que el tiempo acelere. Ocasionando que en un descuido YoonGi mire de reojo su reloj de mano y caiga en cuenta que sus clases están por comenzar.
"Joder" Replica Min llevándose un último bocado a la boca. JiMin se carcajea y le indica la salida del jardín, que se encuentra sólo a un par de metros de el cerezo. "El chofer puede llevarte devuelta a la universidad" Indica JiMin cuando ve el pánico adornando la faz ajena. YoonGi en un principio parece negarse pero después de echarle otro vistazo al reloj acepta.
"Gracias por venir". Suelta Park cuando nota la figura ajena caminando en dirección a la camioneta, justo detrás del barandal.
"¡Espero volver a verte!". Le grita YoonGi ya fuera de su hogar, moviendo su mano de lado a lado. JiMin se sorprende y se emociona por la frase, sintiéndose completamente feliz. "¡Yo también!" Le grita después.
La silueta de YoonGi desaparece al subir al vehículo y se desvanece entre los árboles que decoran la carretera principal del fraccionamiento. JiMin aún conserva la sonrisa en su rostro después de varios minutos.
Con esa sensación abrazando su alma, esa sensación que las personas buscan a menudo y que cuando por fin la tienen en sus manos se escapa como agua, esa sensación que los sabios llaman felicidad.
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KARMA - Kookmin
Fanfiction❝ La belleza es relativa porque lo bonito resalta en relación a lo feo, y por eso lo que para unos es arte para otros es basura ❞. Quizá Jungkook era muy joven para comprender la superficialidad de la belleza, quizá el rostro de JiMin hubiese sido...