sentimientos Souta Kawata(angry X oc)

CAP 33

Porque razón estaría haciendo esto el... es el segundo hombre mas poderoso del mundo criminal en este país, lo tenia todo, ¿Qué mas iba a pedir? ¿Por qué traiciono a papa kenji? ¿Qué tanta era su avaricia por poder?

Estaba empapada en agua, estaban metiendo mi cabeza en un tanque completamente desbordado para poder ahogarme pero me torturaban dejándome respirara en ultimo minuto.

-Dai: ¿estas cansada? menma-su sonrisa era macabra.

-¿porque haces esto?-mis traspiraciones, tratando de recuperar el aire perdido anteriormente.

-Dai: mmm... -estuvo un momento observándome, como analizando una respuesta o algo por el estilo-esta bien, antes de que mueras te daré la respuesta a tus dudas, será como tu ultimo deseo.

Le hizo seña a sus subordinado y ellos volvieron a sentarme en la silla que estaba antes, seguía amarrada en las muñecas y me era demasiado incomodo para mis articulaciones.
El se coloco frente a mi, me tomo del mentón observandome y sin previo aviso me dio una bofetada.

-Dai: hace mucho tiempo...-tomo una silla y la coloco frente a mi para sentarse, se notaba que esta historia iría para largo- cuando éramos simples adolescentes, Kenji tuvo la interesante idea de crear una pandilla, éramos jóvenes llenos de adrenalina sin percatarnos del mundo en el que nos estábamos metiendo... crecimos y nuestra pandilla también, él como el comandante y yo como su mano derecha, hasta que nos volvimos los reyes de todo Japón.

-y ¿eso que tenia de malo?

-Dai: que ese era el pensamiento de Kenji, él siempre decía "nosotros", decía, "nosotros logramos esto" "nosotros haremos esto" "nosotros nos convertiremos en los dueños de este pais" pero, no hay ningún nosotros... siempre fue el solo, yo solo soy su sombra, no me conocen como uno de los mafioso más poderosos, me conocen como la mano derecha, la sombra, el segundo de Kenji Oshinori, hasta que, conocí a alguien-me miró con una sonrisa- una mujer algo parecida a ti.

Me dio asco al momento que me dijera eso, ¿que estaba pensando? ¿Me secuestro porque le recordaba a esa mujer? ¿Era un maldito pervertido? Mi expresión molesta no pasaba desapercibida.

-Dai: esa mujer debes conocerla, después de todo era tu tía-de inmediato reconoci de quien hablaba- nos llevamos bien, nos hicimos amigos, pero, como siempre yo no podía ser el ganador de algo y Kenji, se enamoro también de ella... se casaron y ella salio embarazada de una pequeña niña-se levanto de la silla y la tiro lejos- tiempo después ellas dos murieron, sabía lo importantes que eran para él, así que si las mataba Kenji también moriría con él tiempo.

-¡¿Que?! ¡¿tu causaste el accidente?! ¿PORQUE LAS ASESINASTE? ¡ERES UN ASCO!-Volvió a darme una bofetada.

-Dai: porque nunca fui el ganador de nada, siempre era Kenji, siempre era él el que era primero y cuando por fin encontré a alguien con quien poder ser el numero 1, llega ese imbecil y me la arrebata volviendola su esposa... si ella no era de mi, no seria de nadie y si kenji caía, ya no seria el número 1 y yo tomaría su lugar. - empezó a carcajear de una manera en la que mi piel se erizo, estaba loco- pero llegaste tu y arruinaste parte de mi plan, eres lo único que el tiene, así que si te saco de este mundo el también lo hará.

Me tomo del cabello y me tiro al suelo para luego darme una patada al estómago.

-Dai: creo que no debo dar mas detalles del asunto, de todas formas, ya no te queda mucho tiempo-Chasqueo sus dedos y varios hombres entraron al lugar- ya saben que hacer con ella, así que sean rápidos.

Entre varios me tomaron y pensé lo peor, así que empecé a gritar, patalear y retorcerme, no podían, no iba a dejarme de nada de lo que sea que tuvieran en mente hacerme. Aunque, mis intento se fueron a la basura al momento en que sentí que rodearon mi cuello con una soga, volte mi rostro y vi que estaban amarrándo la cuerda a una polea; no me dio tiempo de reaccionar y el aire de mis pulmones empezó a acabarse.

Habían empezado a mover la polea y esta al jalar la soga, empezó a cortarme el oxígeno. Empecé a sentir como mis pies dejaban de tocar el suelo y mi cuello ardía. Tenía dos opciones, mi cuello se rompía o me ahogaba.
Mi vista se empezó a nublar pero lo último que pude ver con claridad fue la sonrisa macabra de Iwasaki... ese canalla, lo estaba maldiciendo mentalmente hasta que antes de quedar inconsciente pude escuchar un fuerte estruendo y el sonido de varias armas.

¿Qué está pasando?

Sentía que ya no podía más y sin saber la razón, caí al piso, habían soltado la soga, por lo que volví a respirar y a llenar mis pulmones de aire, tosi al momento y me tomó algo de tiempo volver a la realidad, pero los disparos y gritos no pasaban desapercibidos.

Al sentirme un poco recuperada, alce mi vista y vi a varios hombres de mi padre y también a él... había venido por mi, lo había conseguido, logró llegar antes de que pasara lo peor.

Las lágrimas invadieron mis ojos, pero no me dio tiempo ni de soltar alguna cuando sentí que me tomaban de los brazos y las piernas, cargando me al estilo princesa, era Tadashi y mi corazón crujio al verlo, estaba feliz de verlo, luego de haber estado todo el rato con esas personas, era un alivio ver la cara de mi hermano...

Sin decir nada, lo abrace aún cargada, colocando mi rostro en su cuello y el empezó a avanzar, pude subir un poco la vista y veía a Aiko cubrirnos la espalda, el con sus armas disparando decidido a matar al que sea que se cruzará en su camino; después de todo, estaba entrenado para eso.

Seguían disparando, estábamos en un fuego cruzado pero ellos querían sacarme de ahí a toda costa y yo, estaba de acuerdo.

Habíamos llegado a una especie de portón y cuando uno de los chicos abrió las puertas, del otro lado estaba la Tokyo Manji peleando con la pandilla que había creado Iwasaka, sin embargo los Blood Diamond Iban perdiendo contra sus contrincantes.

-Tadashi: ¡OIGAN! -todo el mundo volteo al segundo de su grito - ¡Sino quieren morir, salgan de aquí! ¡AHORA!

La pandilla de Dai era tan cobarde que de inmediato obedecieron la orden, dejando a la Toman en sus puestos.

Aiko había cerrado las puertas para que las balas no volaran hacia nosotros, yo no hablaba, mi garganta ardía así que solo observaba mi alrededor con un ruido sordo en mis oídos, mientras cada cosa pasaba en cámara lenta, hasta que todo se puso negro, mis sentidos desaparecieron y perdí el total conocimiento. Ya no supe, que paso después, si ganamos o si perdimos, o si mi lindo algodón de azúcar seguía vivo...