IX.- Corazones

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Stiles se encontraba frente a lo que antes era la mansión Hale, vestía pantalones militares negros, playera negra sin magas y botas mineras negras, alrededor de todo su cuerpo se encontraban armas y en sus costados había dos dagas parecidas a las de su primo y en su espalda estaba la espada que Jace le había regalado. En el suelo había un arco y algunas flechas. Usaría todas sus armas para entrenar, no podía quedarse como estaba tenía que ser más fuerte.

El castaño abrió cerró los ojos por un momento y al abrirlos brillaban en dorado. Se movió de manera rápida, más que la de un humano normal. Comenzó tomando su arco y disparó flechas con fuerza contra los troncos de los árboles. Continuo con las dagas y la espada, el tronco estaba cediendo ante la fuerza del chico. Al final las armas desaparecieron y activo unas cuantas runas que había en su cuerpo y golpeo con fuerza el tronco, una y otra vez, sin parar.

— ¿Estas bien? — le preguntó Derek caminando hacia él. Había visto al otro desde que comenzó a entrenar pero no quería interrumpirlo, solo que en ese momento parecía necesario.

Stiles dejó de golpear el tronco, miró al alfa y sonrió.

— Estas herido. — dijo Derek de manera nerviosa mientras se acercaba a él y tomó las manos del castaño mientras miraba los nudillos y partes de los dedos de ellas.

— No pasa nada, esto ocurre cuando entreno.

— ¿No tienes una runa para sanarte?

— No realmente, por alguna razón soy inmune a varias runas y la de sanación esta incluida. Los arcángeles que conozco dicen que puede ser gracias a su bendición.

Derek negó con la cabeza y llevó al castaño con él dentro de la mansión Hale donde debajo de una madera se encontraba un pequeño botiquín y comenzó a desinfectar la herida para después vendarla.

— Es raro que un lobo tenga un botiquín. — comentó Stiles con diversión.

— Cuando en una manada hay un humanos es bueno tener cosas así en ciertos lugares. Los entrenamientos que tengo son algo duros así que a veces terminan lastimados. — le respondió sin mirarlo ya que esta concentrado en vendar los nudillos del otro.

— Es bueno que tengas algo así. — sonrió — Eres un buen alfa, sourwolf.

Derek sonrió.

— Gracias. Eso me ayuda de verdad, no es fácil ser alfa y menos con adolescentes como betas. A veces siento que no recibo el suficiente crédito, pero no quiero ser egoísta.

— Pensar de esa manera no es ser egoísta, todos queremos ser reconocidos por los demás. Todos somos egoístas por naturaleza. — miró sus manos y movió sus dedos — Gracias.

— No tienes que agradecer, solo cuido a mi manada.

— Es raro estar en una manada. — tomó la mano del lobo — Solo he pertenecido en un lugar hasta el momento y ha sido en el mundo de los cazadores de sombras, fuera de ahí no he pertenecido a otro lugar. — le explicó Stiles con una ligera tristeza.

— ¿Con tus padres no te sentías así?

— Digamos que nunca tuve una relación tan estrecha con ellos y cuando Paige murió las cosas se complicaron un poco. — dijo Stiles de manera nerviosa. Derek pudo notar que había algo más detrás de sus palabras, pero también olía la tristeza, ansiedad y enojo del chico así que no insistiría más.

— Yo discutía mucho con mi madre, ella no quería que tuviera contacto con los humanos, no podría encariñarme, pero eso me parecía hipócrita porque mi padre era un humano. Cuando se enteró que me había enamorado me dijo que me alejara de Paige pero no lo hice. Peter siempre me apoyo y estuvo a mi lado, en esa época él era como un hermano para mí. — sonrió levemente — Papá me apoyó y habló conmigo, él decía que mamá solo quería protegerme, los humanos no nos entendían y no podía contar nuestro secreto como si nada con quien fuera. Luego todo paso y las cosas se complicaron, discutí tanto con mis padres y no sabes lo mucho que me arrepiento porque la que última vez que hable con ellos discutimos acerca de ciertas cosas y terminé diciéndoles cosas que no debía, luego de eso los perdí y no tuve la oportunidad de hablar con ellos. — dijo Derek con tristeza.

Stiles apretó su mano con fuerza.

— No fue tu culpa lo que sucedió y solo eras un niño que cometió errores. La vida no ha sido justo contigo, Derek Hale. Eres una personas que realmente buena y que tiene una gran corazón.

— De verdad gracias. — respondió con la voz cortada.

Stiles dejó caer su cabeza sobre el hombro del lobo, Derek sintió su corazón en paz y al fin sentía que podía estar tranquilo.

*

— Quiero acabar con él, esta demasiado cerca de Mica. — dijo Jonathan entre dientes.

Alec rio a su lado, él no era tan sobreprotector con su castañito.

— Estoy con Jonathan, cuando Magnus se entere estará de nuestro. — comentó Jace mientras sus ojos brillaban.

— En realidad no, me alegra que mi Mica este feliz y haya encontrado a alguien que lo ame. — dijo Magnus quien se acercó a ellos.

— ¿Cómo? Eres quien más protege a mi castañito? — preguntó Jonathan con impresión.

— Si, pero lo que más he deseado es que él encuentre más personas que lo amen y que tenga a su propio Alexander. — dijo con orgullo mientras abrazaba a su esposo.

— No puedo con ustedes.

— Pensé que nosotros éramos los únicos chismosos. — dijo Erika sorprendiendo a los cazadores, quienes miraron a toda la manada detrás de ellos, al parecen habían visto todo al igual que ellos.

— Es bueno saber que Derek esta feliz, hace tiempo que no lo había visto así. — dijo Cora con cariño, le agradaba el castaño fuera de que le devolvió la vida a su hermano.

— Deberían venir y dejar de hablar de nosotros. — dijo Derek mientras que Stiles reía.

La manada y los cazadores solo pudieron sonreír, estaban felices y se sentía que ese era su hogar.

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