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—El miedo se define como un estado de agitación y ansiedad causado por la presencia o percepción de actos de terror. Los fantasma, espíritus o entidades, se alimenta de eso. Miren a Morrice—habló Ed mostrando una proyección—un granjero Canadiense que ni siquiera terminó la primaria, pero después de ser poseído habló el latín más fluido que he escuchado, a veces al revés. Su padre abusó de él y lo torturó en repetidas ocasiones, un espíritu maligno hábito en este hombre...
—Ahora, si ven sus ojos podrán ver que llora sangre, y de la nada empezaron a aparecer cruces invertidas en todo su cuerpo—habló Lorraine mientras el video avanzaba—.
—Enciende las luces, Drew—ordenó Ed—.
Ni bien las luces se encendieron y todos alzaron la mano.
—¿Usted personalmente hizo el exorcismo?—le preguntaron a Ed—.
—No, porque no estoy autorizado, pero he asistido a muchos. Un exorcismo puede ser peligroso, no solo para la víctima, sino para los que estén presentes—miró a su esposa y a Liliana entre el público, Scarlett y Drew se miraron al saber el por qué—.
La castaña no dijo nada, solo hizo como si escribiera en su libreta.
—¿Y qué pasó con Morrice?
—Intentó matar a su esposa pero solo le dio en el brazo, y luego él mismo se disparó. Morrice tuvo una vida muy traumática, no tenía motivos para vivir, ni siquiera un exorcismo pudo salvarlo, lo que nos lleva a las tres fases de la actividad demoníaca—dijo este levantando el proyector y dejando ver la pizarra—infestación, opresión y posesión. La infestación son los murmullos, los pasos, la sensación de una presencia que con el tiempo se convierte en opresión; La segunda fase, aquí es cuando la víctima por lo general la más vulnerable psicológicamente, se vuelve el blanco específico de una fuerza externa, quiebra a la víctima, destruye su voluntad, y una vez que la debilita la lleva a la tercera y última fase, la posesión.
(......)
Los Warren guardaban todo en su coche para ya irse, cuando Drew llegó con una señora.
