08. Negociaciones y compras

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Altair despertó con el zumbido de su despertador en la mesita de noche junto a su cama. Se frotó los ojos llorosos y se incorporó, bostezando. Al estirarse, sintió la conocida sensación de hormigueo en la punta de sus dedos, señal de que su magia estaba despierta y alerta. Era un sentimiento reconfortante al que se había acostumbrado con los años. A diferencia de la constante alerta de "Has dormido en tu cama, se recuperan la salud, stamina y MP al 100%", Altair había ordenado a Megrez que ocultara esa alerta. Desde que se había dado cuenta de ella, solo tardo tres días en cansarse de ella, Altair no quería ser como el personaje del manhwa "The Gamer". Parecía que una de las modificaciones en el sistema creado por las cuatro deidades primordiales había corregido la falta de necesidad de descansar para aquellos que lo tenían. Había perdido la oportunidad de aprovechar la noche para mejorar sus habilidades, pero estaba contento con el resultado. Mantener su necesidad de descansar también significaba que mantenía su necesidad de comer, algo que amaba en su vida anterior.

Se levantó y caminó hacia el baño para echarse un poco de agua en la cara y cepillarse los dientes. Mientras se miraba en el espejo, pensó en cómo estos eran los últimos días del año escolar. No podía creer lo rápido que había pasado el tiempo. Había asistido a la misma escuela durante los últimos cuatro años y había llegado a amarla. Extrañaría a sus amigos y maestros, pero estaba emocionado por lo que le deparaba el futuro.

Él ya era consciente de que iría a Hogwarts y también sabía que tenía una oportunidad única. Había analizado mucho si la regla de los dos existía realmente en el mundo mágico. En este, el aprendiz actuaba de manera diferente al de Star Wars. El maestro entrenaba al aprendiz en la magia oscura, pero no siempre los intereses del maestro y del aprendiz coincidían. Entonces, lo que sucedía era que el maestro se convertía en un señor oscuro y trataba de hacer su "cagadero" por el mundo, mientras que el aprendiz se escondía en las sombras buscando un nuevo aprendiz para mantener la magia oscura viva. En el último siglo, esto cambió. Él no tenía un conocimiento absoluto sobre quién fue el maestro y quién fue el aprendiz entre Grindelwald y Dumbledore, pero estaba seguro de que la vieja cabra era un señor oscuro que ahora portaba el rol de maestro, aunque se escondiera a plena vista como lo hizo Palpatine en las precuelas.

Puesto que él creó a Voldemort, tal vez no lo entrenó, pero usó su poder político y su posición como docente en Hogwarts, así como cualquier herramienta a su disposición para corromperlo y llevarlo hacia la oscuridad. Lo hizo con la única intención de tener un adversario para mantener su poder. Gozó de la ventaja de derrotar a su amante y maestro o aprendiz, y este se volvió un líder, pero su posición era frágil y siempre necesitaría un adversario. Primero fue la facción oscura y ellos tontamente cayeron en su juego, le dieron un adversario ideológico y la cabra obtuvo una bandera que "defender". La cual realmente usó para justificar su continuo sabotaje al mundo mágico, pues si las personas se vuelven ovejas, él podía volverse el rey de las ovejas. Y cuando esto se volvió el status quo, necesitó recordarles por qué lo necesitaban y ahí fue el porque creó a Voldemort.

Esto no significa que Altair sintiera lástima por Riddle. De hecho, siente la misma pena que se podría sentir por un perro rabioso. Riddle está muy lejos de cualquier posible redención y Altair no es un redentor. El daño que causó en la sociedad mágica británica es imperdonable. Este hombre fue el responsable del asesinato de sus padres y solo porque uno de sus compañeros de departamento creía que su madre era una muggle. Por esta razón, la familia de Altair fue blanco de los mortífagos. En los diarios de sus padres, ellos escribieron que si morían esa noche de enero del 81, habían tomado las precauciones necesarias para asegurar su supervivencia. Altair creía que un traslador que lo dejara en la puerta de un orfanato fue la mejor opción que tuvieron sus padres, ya que no sabían en quién confiar. Nunca creyeron en la cabra y mucho menos serían peones de un megalómano psicópata.

Yo reencarne EN QUE MUNDO!!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora