Hilo rojo

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Alguna vez leí que había una leyenda oriental. 

La cual relata que cuando dos personas están destinadas a conocerse, hay un hilo rojo invisble que las conecte, permanece a pesar del tiempo y la distancia. Podrá estirarse infinitamente y no se romperá.


Es curioso. Se siente como una máquina del tiempo. Cuando nos conocimos, nunca pensé que llegaríamos a lo que somos hoy. Nunca pensé que sería lo que soy hoy. Nunca pensé que te extrañaría tanto.


Y no te extraño a vos (tal vez), extraño quizás la persona que eras. Quizás la relación que manteníamos. La atención que recibía por parte de alguien que adoraba, el verdadero afecto que me desmostrabas.

Y sé que no puedo obligarte a demostrarme amor. Sé que tal vez todo fue una simple idea de mi cabeza.

Ese amor, esa atención, ese afecto... ¿Fue real? ¿Alguna vez existió?


Quiero pensar que sí, incluso quiero pensar que de vez en cuando recordas nuestra relación, con una sonrisa, con una mueca, como sea. Solo quiero pertenecer a tus recuerdos un rato.

Tal vez me mentí, si. Debo haberlo hecho. Tal vez vi ese hilo rojo, tal vez te até a mi hilo rojo. Destrocé el hilo que estaba atado a otra persona, y en él que te puse a vos.

Porque quería que seas vos. Porque si no eras vos, no quiero que sea nadie. Quiero ver un hilo rojo en nuestro camino, quiero verte en mi camino.

Y sé que no es lo mejor. Sé que al final traerá dolor, sufrimiento, angustia y resentimiento. Sé que no puedo obligarte a que seas mi hilo rojo.

Pero no quiero asumirlo.

A veces, en aquellas noches donde me invade su presencia ausente, donde desato sin piedad ese hilo, esperando contra mi voluntad que se aleje.

En esas noches recuerdo tu figura deslumbrante ante la luz de la ociosa luna. De lá sediente templanza de un humano. De la sincera voluntad de un corazón.

Recuerdo, con aquella presencia divina, la noche donde mencionaste lo nuestro.

"No me sentía como Cami al lado tuyo".

El insomnío o mi voluntad, mi dolor o mi tristeza, sea lo que sea, no me permite seguir observando el hilo.

Aparentemente ella me desató del suyo, y lo ató con alguien más

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De algún día entre finales de diciembre y principios enero. Parte negrita modificada a mi actualidad. Solo me gusta el poema. En su momento estuvo recargado de emociones y por ende, decidí modificar la parte final a la realidad que se me ha mostrado cruelmente las ultimas semanas y que gracias a un amigo y el amor de mi preceptora por el chisme (lo cierto es que me vio triste algún día, quiso saber y yo no me resisti), puede ver los últimos dos días con total indiferencia. 

31-03-23

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