O C H O

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Que?! ¿Qué está pasando? Levante mi mirada y examine el lugar, pero nada, en esas mesitas blancas no había rastro de Ed, seguí con mi búsqueda de unos ojos azules y no fue hasta que se me dio por ojear la ventana que tenía al lado... lo vi, tenía unos vaqueros desgastados con una camiseta de Los Ramones, su cabello estaba despeinado como siempre. Una sonrisa se formó en mi rostro cuando lo vi.

<<Entra>>

Lo estaba viendo cuando recibió mi mensaje, no dudo ni un segundo en entrar, diez segundos después se escuchó la campanita de la puerta, el ya sabia donde estaba sentada, así que, busco mi mirada me vio fijamente. Sus piernas largas comenzaron a andar hacia mi dirección.

Al llegar tomó asiento enfrente mio, me miro y se rio, lo observe con confusión ya que no entendía por qué la gracia.

-Por que te ries?- pregunte

-Por nada. Que lees?- respondió el chico

-Un libro- sentencie escondiendo el libro. No quiero que se de cuenta que leo libros de romance - y tu, que haces por aquí?- trate de cambiar el tema

El chico esbozó una sonrisa antes de contestar -Estaba en busca de unas baquetas nuevas, ya me hacen falta - informo- y tu?- pregunto el chico despeinado

-Me gusta este lugar, así que vengo muy a menudo- dije- y tus baquetas, ¿las conseguistes?- pregunte

-Nope... estaba caminando cuando me encontré contigo- explicó

-Entonces no las has encontr...- no pude terminar porque Ony apareció mágicamente

-Todo bien por aquí mi lad... tenemos compañía hoy- dijo ojeando al chico con confusión

-Ony el es Ed, Ed ella es Ony la mejor mesera del mundo- los presente. El chico solo asintió con gusto y Ony tambien. Note a la repostera muy rara.

-Bueno, Ev si necesitas algo me avisas- dijo Ony

-Sabes Ony, me puedes pasar la cuenta? Porfa- pregunté, a Ony se le hizo raro que le pidiera la cuenta, ya que siempre que vengo aquí me quedo hasta que el lugar cierre.

Cuando vi a Ed, también estaba confundido. Juro que si no estuviéramos en un lugar público me burlaría de él.

-Claro, ya te la traigo- asintió extrañada

Cuando Ony se fue el chico que tenía enfrente no dudo en preguntar por qué pedí la cuenta. Mientras él esperaba por mi respuesta, yo me atragantaba con mi pastel para así poder irnos.

Mientras tomaba el último sorbo de mi delicioso café, Ony apareció con la cuenta, le pagué y salimos de ahí.

-Entonces... me vas a decir por que salimos de ahí- preguntó con mucha curiosidad

-Tu que crees- dije prácticamente entre risas- vamos por esas baquetas- dije.

No puedo explicar el rostro del chico, era una explocion de emociones, no se sabía si era de asombro, confusión o emoción.

- Espera, qué?- dijo súper emocionado- es enserio- confirmó

-Si, pero no se donde queda el lugar así que me vas a tener que llevar- dije

Ed no dudó ni un minuto en tomar mi mano y arrastrarme hacia el lugar. El chico de ojos azules no caminaba tranquilamente, si no que daba zancadas y muy rápidas. No se si era porque él era largo y tenía piernas largas o yo caminaba lento.

-Oye mas despacio, prácticamente me estas arrastrando- proteste

-Disculpa- se disculpó el chico bajando la velocidad del paso- ya casi llegamos- informo

No mucho después Ed anunció que habíamos llegado. Vi el lugar y lo que era muy notorio era su nombre "Rembrandt" en rojo.

Entramos y ver el rostro de Ed fue como ver a un niño entrar a una juguetería, no pude evitar sonreír de la ternura. Un muchacho llamado Cony se nos acercó preguntando si necesitábamos ayuda.

-Si, necesito unas baquetas nuevas, ¿tienes Vic Firth? - preguntó Ed con mucha amabilidad

-Si, claro, creo que tengo en la bodega, voy por ellas. Mientras tanto si quieren den una vuelta por el lugar, ya vuelvo- dijo el Cony

Cony se dio la vuelta y se fue a buscar esas baquetas.

-Por que Vic Firth? No todas la baquetas son iguales- pregunte

-No, no todas son iguales, con estas me siento más cómodo- informo- Ven, veamos que tienen- dijo

Mientras caminábamos por la tienda veíamos los instrumentos hasta que vi la guitarra más bella que había visto en mi vida. Era una guitarra pintada a mano con Nomeolvides moradas y con destellos dorados. Sin duda ganó mi atención. Ed se dio cuenta ya que me acerqué a esa guitarra para poder admirar la belleza de esta.

-Te gusta?- pregunto

-Si, mira los detalles en ella. Es tan bella- dije enamorada de la guitarra

-Sabes tocar?- pregunto Ed

-Si, amaba tocar cuando era chiquita- dije dejando revivir los recuerdos- mi abuelo me enseñó. Era el mejor instructor... me acuerdo que tocábamos juntos cuando llegaba de la escuela, mi mama me regañaba por que a veces dejaba de hacer los deberes para practicar la proxima cancion que íbamos a tocar- recordé con una sonrisa en mi rostro. Ed me estaba viendo fijamente, no dejaba de verme. Pensé que no iba a preguntar nada. Estaba pensativo

-Y por qué dejaste de tocar?- preguntó con cautela

-Pues... tras los años mi abuelo se fue poniendo viejo y más viejo, su cuerpo se fue deteriorando, hasta que un día su corazoncito dejo de latir- mire al piso para dejar esa lagrima caer - Cuando falleció no quise ver una guitarra en mi vida, ya que me hacia acordar a mi abuelo. Así que le dije a mi mama que vendiera mi guitarra, ya que no creo que le creyeran a una niña de nueve años que estaba vendiendo una guitarra- levante mi cabeza para poder ver los ojos del chico

Ed no dejaba de verme. Fue a decir algo pero Cony apareció con las baquetas de Ed

-Aquí están sus baquetas, serán veinte euros- dijo Cony

Ed se lo agradeció y pasó a la caja para pagar las baquetas

Al pagar salimos del lugar y comenzó a llover <<mierda>> murmure 

-El coche está cerca pero tenemos que correr un poco- el chico me cogió la mano y entrelazo sus dedos entre los míos, me sorprendí por esa acción. Lo miré a los ojos y sonreí.

-Uno...Dos...Tres, CORRE!!!- y corrimos, corrimos hasta quedar sin aire, por un momento pensé que nunca llegaría al coche.

Unos metros después, por fin llegamos, se sintió como gloria. Ed abrió el coche y entramos, estábamos empapados. Por un momento quedamos en silencio y después solo se escuchaban carcajadas en el coche.

Ed y yo nos dejamos de reír. Ed me miró fijamente, la tensión se sentía en el aire. Lo quería besar. Pero eso no pasó porque Ed se volteo para coger el volante. Vi a Ed desesperado

-Mierda- murmuró frustrado Ed

Ed me cogió de la nuca y me besó, me besó con pasión y yo le devolví el beso. Sentí como su mano se acomodo en mi rostro. En ese segundo me di cuenta de que ese chico que siempre estaba despeinado, ojos azules y labios perfectamente rosas me volvía loca.

Nos separamos un segundo, pero el beso siguió. Ese día, en ese coche Ed me besó y yo lo besé. No pudo ser más perfecto. Ed se separó dejando nuestras frentes aun pegadas, lo vi, tenia sus ojos cerrados y una gran sonrisa en su rostro.

-Mierda Eva, me tienes mal- dijo besándome de nuevo             

La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora