HOLAASSS, perdón por la tardanza, el bloqueo es lo mejor que me ha pasado (nótese el sarcasmo) combinado con una semana completa de exámenes es un coctel de estrés. Bueno lxs dejo para que lean ;)
Me levanté con la luz del día, estaba feliz, es la primera vez que me levanto feliz en un lunes. Me acordé de anoche, esos ojos tan lindos, esa nariz perfecta y ese aroma tan impregnante. Sin darme cuenta había una sonrisa en mi rostro, si Alejandra me estuviera viendo en estos momentos se reiría de mí. Todo estaba tan perfecto cuando la realidad vino a mi, es LUNES y son las ocho.
Me levanté corriendo al baño, como no escuche la alarma? Me cepille los dientes y me metí a la ducha, creo que esa fue la ducha más corta de mi vida, mierda no puedo llegar tarde tengo un récord que cumplir, me regaño mentalmente por haber aceptado el reto de Milcah. Ella y yo aceptamos de que no podíamos llegar tarde a clases, teníamos que estar antes de que la segunda campana sonara.
Terminé de vestirme lo más rápido posible y salí corriendo de la habitación. Baje las escaleras, y no se como no me mate. Al bajar me encontré con mamá, estaba comiendo una tostada mientras hablaba con alguien por teléfono.
-Buenos días, ma - la salude
-Buenos días cielo - dijo mientras hizo una mueca extrañada y vio su muñeca y abrió los ojos de par en par, me señaló su reloj y yo lo único que pude hacer fue asentir. Comprendo que este así me sorprendida, normalmente soy la primera en levantarme de las dos.
Si me preguntas ni yo me creo que me levante hace cuarenta y cinco minutos. No había sonado la segunda campana cuando abro la puerta de la sala del gimnasio; lastimosamente los lunes comienzo con educación física que equivale a tortura . Al entrar todos estaban sentados en las bancas, el profesor Ramirez estaba explicando algo, pero el ruido que hice al abrir la puerta hizo que todos se enfocarán en mi.
Cerré la puerta a mis espaldas hiperventilando, Ramirez me estaba viendo de arriba hacia abajo con cara de burla.
-Señorita Peterson, llega tarde - me reclamó, en mi cabeza lo estaba mandando donde Dios sabrá, pero por fuera solo pude dar una sonrisa generosa. Ni siquiera había sonado la segunda campana. El calvo me dio una seña de que me fuera a cambiar con ropa apropiada para correr como un perro.
Todo iba bien, nada mas de lo normal había pasado, estaba hablando con una chica de mi clase, cuyo nombre no me sabía cuando escuche un grito que provenía del otro lado de la sala, voltee mi cara - o eso trate- para ver qué pasaba pero algo no me dejo. Algo me golpeó con mucha fuerza, demasiada para ser exacta. Lo próximo que vi fue que estaba en el piso y mucha gente alrededor mio diciendome cosas que no escuchaba, mi ojos se fueron poniendo mas perezosos al punto que lo unico que vi fue negro...
___
Me dolía la cabeza, mucho, demasiado. No quería abrir los ojos pero se me hizo imposible cuando escuche una voz en el fondo muy familiar. Mamá? Era mamá? Abro los ojos y lo primero con lo que me encuentro son las fosas nasales de una persona que no conozco.
-Hola hermosa, estas en el hospital, patearon una pelota de fútbol la cual lastimosamente aterrizó en su rostro - la dulce enfermera me informó - A, por cierto soy la Doctora Klauwstra, pero tu me puedes llamar Doctora Miel - me guiño un ojo, hay que ser honesta que me cayó bien, viendo que mi registro con las enfermeras es muy malo, ella es la primera que me gusto.
No habían pasado ni dos minutos desde que me levanté cuando mi mama ya me estaba hostigando con preguntas. Después del interrogatorio de mama preguntamos si me podían dar de alta, cosa que me dejaron ya que había pasado más de cinco horas en observación, no me habia dado cuenta en la hora, cheque mi móvil y eran casi las tres de las tardes, tenía muchos mensajes de mis amigas preguntándome qué había pasado conmigo y otros de mi redes pero el lo que me sorprendió fueron los mensajes de Ed, no fue uno sino cinco. Fui a abrir sus mensajes cuando mamá entró a la habitación.
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La Noche
RomanceEva, una chica de diecisiete años, estudiosa y aficionada a la lectura. Cuya única compañía aparte de sus apreciados libros, es su mascota Oddie. Ella que siempre estuvo inmersa en sus libros; quién diría que una noche de chicas y bar, una mirada ib...