Capitulo 11

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Estaré contigo en las buenas
Y en las malas hasta que la
Muerte nos separé...✨️

—Tengo Leucemia Jisung

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Tengo Leucemia Jisung.

Esas tres palabras me destruyeron, sentí como si la tierra me hubiese tragado y me hubiera vomitado en el infierno, mi mente se nubló y mis ojos empezaron a dejar caer lágrimas sin control, no supe que hacer o como reaccionar, me dí la vuelta sin decir nada y subí a  mi moto y maneje a toda velocidad, sentí el nudo en mi garganta crecer cada vez más, mi corazón dolía, joder dolía tanto que sentía que alguien me había apuñalado y hundía su dedo en mi herida.

—Maldita sea, es la primera vez que me enamoro como loco de alguien, es la primera vez que sentí que estaba siendo realmente Feliz pero toda esa felicidad se fue a la mierda en un parpadeo.

Sentía que el camino a casa era demasiado largo y frío, aceleré más y más hasta que fundí el motor de mi motocicleta, menos mal que ya había llegado a casa, me baje y corrí hacía dentro  con la esperanza de encontrar a Felix porque realmente necesitaba uno de sus abrazos sanadores.

—¡Lix!, ¡Lix!—  Grité pero no obtuve respuesta, supuse que había salido con Hyunjin, así que estaba solo, solo con mi maldito dolor y los pensamientos torturosos.

Sentí mis piernas temblar y aguadarse como fideos, temblar como la gelatina,  mi corazón dolía tanto que sentí una fuerte presión en mi pecho y todo empezó a dar vueltas y vueltas, a lo lejos pude escuchar la voz de Felix.

—Hanni ¿que te pasa?— Gritó y yo me derrumbe en sus brazos llorando como un niño sin consuelo.

—¿Lo sabias cierto? Sabias que él estaba enfermo, ¿Por que no me lo dijiste?— Le reclamé deseando sacar todo el dolor de mi pecho.

—Perdóname, Hannie, pero no era algo que yo tenía que hacer.— y tiene razón en eso.

—¿Que se supone que debo hacer ahora? No soporto la idea de verlo morir lentamente y que yo no pueda hacer nada.— Felix me separo de sus brazos y tomó mis mejillas con sus suaves manos.

—Si puedes hacer algo, Hannie, puedes estar ahí para él, hacerlo feliz en lo que le queda de vida— "Lo que le queda de vida" esas palabras dolieron, eran como brazas quemando mi cuerpo.

—No lo quiero perder, Lix, yo lo amo, realmente lo amo.— Volví a abrazar a mi mejor amigo, nos sentamos en el sofá, cerré mis ojos y al parecer después de llorar mucho  me dormí disfrutando de sus dedos acariciando mi cabello.

— Volví a abrazar a mi mejor amigo, nos sentamos en el sofá, cerré mis ojos y al parecer después de llorar mucho  me dormí disfrutando de sus dedos acariciando mi cabello

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Dia 7

Anoche me quede dormido en los brazos de Felix, Lloré hasta el amanecer.

—Este mundo es una porquería— pensé lanzando mi ropa sucia al cesto, me di una ligera ducha de medio cuerpo, me arreglé, tomé las llaves de mi moto y salí y sin darme cuenta ya estaba parqueado frente a la casa de Minho, me acerque a la puerta y aún con dudas toque el timbre y al instante la puerta fue abierta.

—Hola señora Lee— Saludé a la mamá de Minho haciendo una pequeña reverencia, ella muy cariñosa me saludo y me invito a pasar, le pregunte por Minho y me dijo que estaba en su habitación que desde ayer no a salido ni siquiera a comer, una sensación de tristeza me invadió ya que en parte yo tenía la culpa de que él estuviera así, ayer me fuí sin decirle nada y eso fue irrespetuoso de mi parte.

Subí a su habitación y entré sin siquiera pedir permiso.

Él estaba en su cama tapado de pies a cabeza hecho una bolita, rodeado de sus tres gatos.

—Sabes que te puedes asfixiar si te cubres con las sábanas de esa manera ¿verdad?— Hablé con tranquilidad y él se quitó la sabana lentamente y restrego sus ojos con el puño de sus manos.

—¿Estoy soñando?— Preguntó sorprendido, sus ojos están hinchados y los míos también.

—No cariño, no estas soñand...

No termine de hablar cuando sentí sus brazos rodearme y su respiración en mi cuello, sentí algo húmedo caer a mi piel, supuse que eran sus lágrimas, lleve mi mano a su cabello y acaricié sus hebras pensando en que en algún tiempo pasado estas estuvieron demasiado cortas.

—Pensé que ya no querías saber nada de
mí— susurro, lo rodee con mis brazos y lo abrace con fuerza.

—Estas loco, Te amo y no te vas a librar de mí tan fácilmente— lo separé un poco de mi cuerpo y comencé a acercarme a sus labios para unirlos con los míos.
Después de un corto beso me di cuenta que no tenía la sudadera puesta, esa sudadera que tanto odia y que en algun punto yo tambien llegue a odiar.

Vi las manchas en su piel pálida, unas eran como lunares rojos y otras como moretones.

—Es raro verte sin esa tonta sudadera— Me arrepentí de haber dicho eso ya que él rápido se soltó de mis brazos y corrió a cubrirse.

—No lo hagas— Le grité o al menos intente gritar porque mi voz salió como un susurro.

—¿Que cosa?— Preguntó.

—La sudadera, no te la pongas
por favor.— Le pedí.

—Pero mi piel se ve fea, te dará asco Han-ji.— Caminé hacía él y lo volví a abrazar, se veía inseguro y yo le daría esa seguridad que necesitaba —Oye, tú jamás me darías asco— Lo tomé de su brazo y deposité besos sobre esas manchas, él me sonrió tiernamente y sentí mi corazón derretirse de amor.

Me prometí que estaría con él hasta que la muerte nos separé.

100 días contigo (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora