100 días contigo (Minsung)

Epílogo

—Nos volvimos a encontrar
Y nos volvimos a enamorar—

—Jisung—

Cuando Minho murió, todo mi mundo se me vino abajo, entré en depresión, me encerré en mi tristeza, alejé a todos incluyendo a Felix, no pensé en el daño que eso le causaría, él es tan sensible, tiene un corazón como el de un pollito bebé, más sin embargo yo se lo rompí el día en que me fuí de Corea sin despedirme de él, me subí al primer avión rumbo a Malasia y lo abandone para intentar sanar.

Intente llevar una vida normal, intente olvidar todo lo que viví en Corea pero no pude, durante el día  todo estaba bien, me mantenía ocupado trabajando en un refugio para gatos pero al llegar la noche todos los pensamientos que había mantenido reprimidos durante el día llegaban de golpe provocado un fuerte dolor en mi cabeza y en el pecho.

Salía al Jardín, me recostaba en el césped respirando el aire fresco y conversaba con la estrella mas brillante  del cielo imaginando que era Minho.

Una noche mientras regresaba del Jardín, sentí una fuerte punzada en el corazón, mi vista empezó a nublarse y de repente todo se torno oscuro, caminé por lo que pareció horas por un lugar oscuro hasta que una luz apareció frente a mí.

—Hola—  Hablé temeroso y entonces aquella pequeña luz se hizo más fuerte y se alejaba de mí, así que la seguí y conforme me acercaba más esa pequeña luz, ella se iba haciendo más intensa al punto que mis ojos no la soportaron y tuve que cerrarlos.

—Hola extraño—  Escuché una suave voz, abrí mis ojos con lentitud y ví una criatura similar a un ángel, su piel brillaba y sus alas eran blancas y enormes, estaba vestido con un camisón similar a las batas de hospital, sus pies estaban descalzos.

—¿Que eres?—
Pregunte curioso pero aquella criatura no respondió a mi pregunta solo sonrió.

—Él te ha estado esperando, sígueme—

Aquella criatura con alas,  tomó mi mano y me llevó con ella, en medio de mi confusión no tuve otra opción más que seguirla, llegamos a un hermoso lugar lleno de mariposas, aves de cualquier tipo, aquel lugar estaba lleno de hermosas flores y rodeado de un mar que parecía de cristal.

—¿Estoy en el cielo o estoy soñando?—  Me cuestioné pero entonces lo ví y eso despejo toda duda de mi cabeza.

¡Estoy en el cielo!

Mis lágrimas empezaron a caer de la emoción y corrí hasta él, me le lancé encima y el me recibió en sus brazos con una enorme sonrisa en sus labios.

—Min, te extrañe tanto—  dije frotando mi cabeza en su pecho, llenandome de su olor, puedo sentir su cálido cuerpo, lo extrañe tanto.

—También te extrañe, cariño— susurro llevando sus labios hasta los míos dándonos un beso tan necesitado que fué interrumpido por tres revoltosos gatitos.

Minho se veía diferente, su piel ya no estaba pálida, ya no tenía esas ojeras bajo sus ojos, su cuerpo ya no tenía aquellos hematomas y ya no estaba tan flaco, vestía ropa blanca y sus pies estaban  descalzos y me volví a enamorar de él.

Nos tomamos de la mano y caminamos en la orilla de aquel hermoso mar.
Ahora por fin seremos felices pues estamos en un lugar donde ya no hay más muerte ni más dolor, viviremos por toda la eternidad.

🐰Fin 🐿

Pueden leer la historia de Felix y Hyunjin, en el segundo libro.