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¿Por qué tenía que ser tan lindo?

Cuando correteaba como un niño pequeño, cuando daba saltitos o se movía cuando se emocionaba o cuando mordía una almohada para ahogar sus gemidos mientras Spreen tocaba una y otra vez su punto dulce, momento en que no recordaba ni su nombre y en su mente solo se encontraba aquel híbrido que sostenía su cadera para seguir manteniendolo en cuatro mientras se introducía. No resistía la fuerza de su amante y sentía que pronto colapsaria, pero eso le encantaba.

Spreen comenzaba a sentir cosquilleos en la parte baja de su abdomen, por lo que comenzó a hacer más rápidos sus movimientos. Quackity remplazó sus manos para ahora dejar empinada su cadera, entregándose más a su novio, quién gustoso no dudaba en seguir sus movimientos.

El menor gimió al ser nalgueado por el contrario, pero eso fue suficiente para hacerlo llegar al clímax y dejar su esencia en la cama. Spreen repitió sus movimientos por unos segundos más hasta que también llegó a su clímax, derramando su semen dentro de las paredes del menor, quién gimió a gusto al sentir la calidez.

Dejó de sostenerlo de la cadera e inmediatamente cayó sobre la cama, tenía las piernas temblando y adoloridas, mientras que de su interior salía de a poco la esencia del contrario.

- Mierda, sos tan lindo, ahora podría volver a...

- Lo hiciste tres veces, cabrón, una cuarta y te denuncio.- Interrumpió Quackity, acomodandose en la cama para que su cabeza quede sobre las almohadas. Spreen río por el comentario y se acostó a su lado, haciéndolo su cuchara pequeña, notando como el menor se le acercaba para quedar completamente juntos.

Spreen sabía lo que quería su novio, este siempre se ponía muy meloso al terminar de follar, por lo que pedía caricias y besos tiernos. El híbrido de oso siempre de los daba, era una faceta que solo él conocía y le encantaba.

[...]

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Terminó por derramar su semen en su mano y tomó el papel que previamente había llevado para limpiarse. Estaba cansado que sus erecciones matutinas sean por aquella razón.

Se cambió de ropa, ahora tendría una reunión con Juan, pero odiaba ser un jodido calenturiento que con tan solo ver una foto en su móvil comenzaba a imaginar ideas equivocadas.

Detestaba todo aquello y también detestaba ser tan cobarde para aceptar sus sentimientos.

Dreams | Spreen x Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora