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- ¿Y por eso dices que está raro?

- Es por su general comportamiento, Luzu.- Respondió Quackity con voz deprimida.

Estaba hecho una bolita en el sofá de la casa de Luzu, el castaño lo consolaba como una madre a su hijo adolescente.

- Yo creo que exageras.- Habló Sapnap, quién había acompañado a su amigo y ahora estaba algo harto de ver aquella constante situación.

Hace ya unos días Quackity venía comentando el que a él le parecía extraño comportamiento de Spreen. Lo evitaba, nunca lo podían hablar a solas más de cinco segundos y siempre se iba con alguna excusa.

- ¿Y por qué no solo vas y le dices?- Comentó Luzu.

- ¿Estás loco? ¿Perdiste la jodida cabeza?- Quackity levantó su cabeza para mirarlo con reproche. Luzu rodó los ojos, aquello había confirmado sus sospechas: Ni siquiera había aclarado qué decirle y ya se había vuelto loco. Estaba seguro, Quackity gustaba de Spreen.- Se burlará de mí.

- Lo mismo pensé pero solo lo hice y mira.- Le mostró su mano derecha, donde en el dedo anular tenía un anillo de promesa, se podían ver las iniciales « L y L ♡ » Quackity lo miró asombrado, no le había comentado de aquello, pero tal vez eso fue lo que hizo click en su mente.

- Iré, me plantaré frente a ese puto y le diré todo.- Se levantó decidido y no esperó a despedirse, solo salió del hogar de Luzu tan rápido como si de una flecha de tratase.

- Mejor voy con él, el idiota siquiera sabe dónde está.- Habló Sapnap a la par que repetía el camino hacia la puerta. Odiaba a su amigo en aquella faceta de tonto enamorado.

Luzu vió como el chico salió por la puerta y, luego de unos segundos, entraba una mujer rubia con una expresión sorprendida.

- ¿Era Quackity el que salió corriendo?- Preguntó mientras seguía viendo hacia fuera con tal de verlo.- ¿Y Sapnap va detrás de él?

- Sí, era él, luego te contaré todo.- Respondió.

[...]

Quackity caminó por el centro del pueblo, no sabía si lo encontraría allí, pero había recorrido demasiado como para no buscarlo, tenía una mínima esperanza de encontrarlo. Estaba decidido a enfrentarlo.

Recorrió algunos locales e incluso se imaginó regalarle algo bonito que viera, pero no traía dinero.

Paró de pensar un poco ¿Regalarle algo? Quería enfrentarlo, no declararle su amor... O tal vez sí.

No era tonto, sabía las sospechas de Luzu y el también sabía que sus sentimientos eran verdaderos, estaba enamorado del argentino y hacia varias noches que no podía conciliar el sueño por estar pensando en él.

Llegó hasta una plaza, habían varios habitantes del pueblo allí, sentados en los asientos, en el pasto y algunos niños correteando.

Y allí lo vió. Podía reconocer aquel cabello negro donde sobresalían unas adorables orejas de oso.

No estaba solo, estaba con Juan, ambos estaban sentados en un asiento donde le daban la espalda a Quackity, por lo que este se pudo acercar lentamente sin que se dieran cuenta.

- ¡¿Espera, es con Quackity?!- Juan preguntó casi a los gritos, haciendo que el tercer chico que estaba detrás de ellos se quedara en su lugar, queriendo escuchar como iba la conversación. Spreen asintió.

- Es raro hablar de eso, me desagrada y ahora estar a solas con el también lo hace. Me hace querer tenerlo lejos...- Spreen habló más bajo, por lo que Quackity no pudo escuchar.

- Deberías decirle, al menos para estar tranquilo tú.

- Me seguiré sintiendo mal.

Quackity no necesitaba escuchar más. Se dió vuelta y comenzó a correr sobre sus pasos, iría a su casa, se encerraria y no volvería a ver la luz del sol luego de esa horrible humillación.

- ¿Quackity?- Dijo Sapnap cuando su amigo pasó corriendo a su lado, podía percibir que estaba triste.

Dreams | Spreen x Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora