D

9.2K 666 118
                                    

Aquel lindo chico alado lo provocaba a cada jodido segundo, odiaba que lo haga, pero también odiaba que lo haga con otros. Constantemente se imaginaba alguna situación para reprocharle sus comportamientos y regañarlo.

Pero había encontrado otra mejor solución.

El más bajo ahora dejaba caer su cabeza hacia atrás a la par que soltaba eróticos sonidos, la manera en como el mismo sacaba e introducía la hombría del híbrido de oso ayudaba a que las gotas de sudor bajaran más rápido. Spreen ahora solo podía observar fascinado cada una de las reacciones que demostraba la cara de su amante al sentir como su miembro tocaba el punto que lo hacía delirar, se sentía en las nubes, sentía estar profanando a un ser divino.

Tenía sus manos en la cadera de Quackity, presionando y dejando marcas de sus dedos que tardarían en borrarse, también notaba que el estómago comenzaba tornarse colorado por los constantes choques que recibía.

Varios minutos continuaron hasta que el híbrido de pato llegó a su clímax de placer, dejando que su esencia manchara el abdomen de su amante y luego apoyándose en el pecho de este con sus manos para recuperarse, luego, de acostó sobre él.

- Aguantá un poco todavía que falto yo.- Habló Spreen, ahora tomando de los muslos a su pareja y movimiento su cadera hacia arriba para volver a arremeter contra él.

[...]

[...]

[...]

[...]

[...]

[...]

[...]

- ¡ARRIBA SPREEN QUE SON LAS 10 DE LA MAÑANA!

- ¡LA CONCHA DE TU MADRE!- Spreen despertó ante el grito de Carrera entrando a su habitación, cayó al suelo con un duro golpe.

Notó como Carrera parecía buscar algo en uno de los cofres, iba a reprocharle aquello si no fuera por notar una sensación punzante justo en su entrepierna; Tenía una erección matutina. Rápidamente tomó la colcha y se cubrió con ella, aún en el suelo, no quería que su amigo pensara algo incorrecto.

- Quería fijarme si tenías un... ¿Y vos por qué seguís en el suelo?- Preguntó.

- No, por nada, estoy cómodo acá.- Respondió intentando sonar relajado a la par que peinaba su pelo y sus orejas de oso con su mano.

- Hace un frío terrible para que andes en el suelo, tarado.

- Dale, cerra el orto, buscá lo que necesites y andate.

- Bueh, está bien.- Notó como lo miraba de forma extrañada, pero tampoco habló más luego de eso y esperó a que saliera de su habitación y luego de escuchar como cerraba la puerta principal de su casa. Ahora estaba solo y debía ocuparse de algo más importante.

Dreams | Spreen x Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora