Dulce (Jongin Especial)

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Dos semanas habían pasado desde que fueron al café, varios días más desde que se había confesado finalmente a través de esa carta, aunque cobardemente, ya que no fue capaz de decir lo mucho que le gustaba Do Kyungsoo en voz alta, pero lo hecho, hecho estaba. Por supuesto no recibió respuesta y aunque había podido mantener cortas conversaciones con el mayor -gracias a Chanyeol- aún no era capaz de sacar el tema a la luz. No estando con sus otros dos amigos rodeándole en todo momento.

Los cuatro se encontraban en la misma mesa de siempre, esta vez comían pastel, incluso Kyungsoo, aunque sólo pequeñas cucharadas de su trozo, esquivando a toda costa el glaseado y de vez en cuando tomaba largos tragos de su muy amargo café; Jongin sentía el corazón a mil gracias a la cercanía del chico, suponía que podía haberse acostumbrado después de todo ese tiempo, pero tenerlo sentado a su lado aún le ponía nervioso, había estado practicando el no ruborizarse, últimamente podía controlarse muy bien, ya que consiguió un poco de confianza ante el silencio del pelinegro.

El timbre de un celular se escuchó y Baekhyun se apresuró a contestar, a pesar de que era el teléfono de Chanyeol.

-¿Diga? -habló tratando de apartar las manos de su novio que insistía en quitarle el celular- Él está durmiendo justo ahora... no, dijo que no tendría planes el día de hoy... pasamos la noche juntos así que dudo que quiera ir a verla -Chanyeol puso sus manos sobre su cabeza en señal de preocupación por lo que el más bajo decía, y negaba velozmente pidiéndole que se detuviera- ¿Cómo? ¿Qué quién habla? Soy el novio de Chanyeol...

Baekhyun miró al chico a su lado con los ojos entrecerrados mientras escuchaba atentamente la voz al otro lado de la línea.

-Está justo a mi lado, roncando como un bebé -dijo. Kyungsoo y Jongin intercambiaron miradas confundidas.

Ten colgó y apenas lo hizo saltó de su asiento antes de hablar.

-Lo siento chicos, debo irme, olvidé algo en casa y... no puedo, es decir, es importante así que debo irme -se excusó y sin esperar respuesta se marchó.

Chanyeol se veía perplejo, tenía de vuelta su celular, cuando por fin reaccionó se levantó y recogió sus cosas a la vez que dejaba el dinero para pagar su comida y la de su novio.

-Perdón, chicos, debo ir por él... no sé qué le ocurre -murmuró apretando los dientes.

-¿Le ha dicho eso a una chica? -interrogó Kim frunciendo el ceño enojado como si pensara que el de cabello claro engañaba a su mejor amigo.

-No, era mi madre.

-¿Eh? -soltó Kyungsoo inconscientemente.

-Ni siquiera sé por qué se lo dijo, ella está muy bien con nuestra relación así que no sé a qué viene todo eso. Debo irme.

Sin más se marchó tras Baekhyun.

Jongin y Kyungsoo quedaron solos.

Jongin quiso levantarse de su asiento sólo para dar un gran salto triunfal, sabía que Baekhyun era un pésimo actor y que Chanyeol en realidad no tenía idea de lo que ocurría, sabía que era idea de su amigo buscar una excusa para marcharse y darle un rato a solas con Kyungsoo.

Pero...

-Bueno, creo que debo irme -susurró el pelinegro levantándose de su asiento con lentitud.

-¿No quieres acompañarme un rato? Aún no termino -esperaba no estar demostrando su urgencia a través del tono de su voz, esperaba no estar haciendo un puchero y esperaba mantener sus manos quietas para evitar tomar la muñeca del chico y evitar que se fuese. Pues apenas terminó de recitar su oración el mayor respondió rápida y secamente: -No.

Demonios.

-Está bien... entonces, supongo que nos veremos luego -susurró decepcionado volviendo su vista al pequeño plato.

Kyungsoo se quedó de pie un momento y luego se marchó.

Jongin se sintió como un tonto, aceptando el hecho de que su única oportunidad se le escapaba de las manos en aquel mismo momento, cruzaba la puerta principal y desaparecía de su vista. ¿En serio se quedaría a comer mientras el chico más hermoso del universo se iba solo a quién sabe dónde? No, definitivamente no.

Dejó el dinero para pagar su comida, tomó sus cosas y corrió detrás de él, pensó que no lo encontraría, pero sabía que aquel delgado muchacho daba pasos más lentos y cortos que los de un gato adormilado, así que lo localizó con rapidez.

En cuanto estuvo a su lado suspiró, ¿qué le diría ahora? "Sólo ve por él" pensó. ¿Eso tenía sentido? No, pero no tenía otra idea.

-Ya que no vas a acompañarme, ¿puedo acompañarte? -trató de sonreír mientras buscaba los ojos oscuros del contrario.

Sintió un dolor punzante cuando el pensamiento de ser rechazado nuevamente le atravesó la cabeza, si eso ocurría no habría nada que pudiera hacer.

-Sí. -susurró Kyungsoo para su sorpresa desviando la mirada y girando un poco su cabeza en dirección contraria.

Aunque lo hizo con la intención de que Jongin no pudiese ver su rostro acalorado, el castaño vio con fascinación las pequeñas orejas del mayor, tan rojas como tomates y aunque trató de suprimir el impulso de acercar su mano y atraparla entre sus dedos simplemente no pudo, y terminó sintiendo lo caliente que estaban. El chico casi cae al suelo por el contacto.

-¡Qué te ocurre! -chilló cubriendo sus orejas con ambas manos pero dejando completamente visible su rostro moteado de rosado.

-Lo siento, es que eso fue tierno -se excusó tratando de no reír. Hoy no podía controlarse en absoluto.

-¿Tierno? No soy nada de eso, deja las idioteces -el pelinegro gruñó frunciendo el ceño.

Lucía como un pingüino enojado.

-Tus palabras son realmente dulces -prosiguió con sarcasmo el moreno.

-No soy dulce, detente -repitió entornando los ojos y suspirando.

-Tal vez por eso prefieres el café amargo, mucha dulzura es mala para el ser humano.

-Entonces creo que tú también deberías comenzar a tomar más seguido -contraatacó.

Jongin abrió los ojos con sorpresa ante aquellas palabras.

-¿Crees que soy dulce? -preguntó con un brillo en los ojos.

-Asquerosamente dulce.

Él es  -Kaisoo OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora