CAPÍTULO 4

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—¡Aburrido!—gritó Octavia ante la pelea de entrenamiento entre Bellamy y Lincoln. La miré alzando una ceja, ella me miró inocente—¿Qué pasa?

Negué con la cabeza soltando una ligera risilla, en el fondo a Octavia el encantaba causar cierta tensión entre las discusiones y debo confesar que yo también gozaba de ello. 

Lincoln lanzó un golpe a la mandíbula de Bellamy haciendo que éste de unos cuantos pasos hacia atrás, hice una ligera mueca de disgusto cuando lo vi cerrar los ojos con fuerza por una fracción de segundo, pero rápidamente se recompuso y landó un golpe en respuesta a Lincoln. En estos momentos nosotros cuatro éramos los únicos en la arena, Gerd también se encontraba aquí, pero escondido en las sombras. Yo era la única que podía verlo, ya que él así lo había escogido. Pero si alguno de ellos miraba detalladamente al rincón oscuro que estaba cerca de la banca, podría notar dos destellos verdes acechando desde la oscuridad. 

"Yo podría dar una pelea mucho mejor que ellos dos" a pesar de que él no había hablado en ningún momento, sabía que estaba pensando en eso. 

Gerd tenía el ego un poco elevado desde que le dije que sería mi escolta mientras tenga mi estancia en este mundo. 

—¿Ayer a donde diablos fueron tú y mi hermano? Se desaparecieron todo el día—preguntó Octavia alzando una ceja y una sonrisa traviesa. 

Le di un ligero golpe en el hombro negando con la cabeza, ella rió con ganas levantando las manos en son de paz. 

—Ayer fue el día libre de Bellamy, así que hemos decidido tener un día de campo—contesté encogiéndome de hombros.

—Bueno, ayer sí fue un día muy bonito para ir a explorar—dijo asintiendo con la cabeza—¿Y a qué hora se fueron? Fui a su departamento a eso de las ocho de la mañana y ya no estaban. 

—Nos fuimos antes de las siete de la mañana, Bellamy me quería enseñar un hermoso amanecer—sonreí al recordar el bello momento—Fue muy bonito, O. Las maravillas que hay allá afuera no tiene comparación con nada que haya visto antes. 

—Vaya, jamás pensé que mi hermano podía llegar a ser así de romántico—dijo mirando al susodicho. En ese momento le dio un golpe en el estomago a Lincoln haciendo que la mirada tierna de Octavia se transformara en una molesta—Aunque eso no quita que es un tonto. 

—Bueno, tu novio golpeó al mío en la mandíbula hace unos minutos—contesté alzando una ceja y cruzándome de brazos. 

Ahora ella me dio un golpe amistoso en el hombro con una mirada de molestia fingida. Ambas soltamos una risa después. 

—Bien, es todo por hoy, Bellamy—le dijo Lincoln una vez que dio por terminado el entrenamiento. Ambos se estrecharon las manos—Haz mejorado bastante, te felicito. 

—Gracias, Lincoln—agradeció el Blake mayor ganándose un asentimiento de cabeza por parte del terrestre. 

Bellamy se acercó a la banca para tomar su camisa y ponérsela, el sudor hacia que sus rizos se pegaran a su frente y también que su hermosa piel morena brillara con la luz. Cuando se dio cuenta que lo estaba observando me guiñó un ojo logrando que apartara la mirada ligeramente avergonzada, escuché su risa ronca a un lado de mí. 

No tienes por qué avergonzarte, muñeca. No es nada que no hayas visto antes—susurró en mi oído con un tono ligeramente malicioso. 

—No digas eso, Bellamy—le contesté haciendo que él suelte una sonora carcajada. 

Octavia y Lincoln se acercaron a nosotros para despedirse, pero antes de irse Octavia sacó de su bolsillo tres monedas de plata para dejarlas en mi mano. 

TENEBRIS | BELLAMY BLAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora