Cap 16: Sorpresas

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Una mujer pelirroja estaba caminando por un prestigioso centro comercial

-Buenos días...que bueno tenerla por aquí – saludó María, la exesposa de Lorenzo

-¿Usted es la dueña de este centro comercial?...no lo sabía – Lila habló de manera burlona

-Pues esto fue lo que quedó de mi matrimonio con Lorenzo – la miró retadoramente – el matrimonio que usted destruyó

La pecosa sonrió con sarcasmo y dijo

-Yo no destruí nada...además, la que se quiere meter en un matrimonio, eres tú...porque estoy enterada que estás detrás de mi marido

-Pues sí...quiero recuperarlo – la enfrentó – además déjame decirte que...ayer estuvimos juntos, por eso llegó tarde a tu casa – decía con descaro

-Eres una...

-Mucho cuidado con lo que digas – la cortó en seco – yo no soy como tú

Lila no soportó más el insulto de la mujer y en un impulso, estiró el brazo y le tiró una cachetada

-Esta me la debías – Lila la miró con seriedad – y ni se te ocurra volverte a meter con Lorenzo...recuerda que ahora, la esposa soy yo, y su fortuna y poder me pertenecen, así que en cualquier momento puedo destruirte – se rió y se fue caminando hacia la puerta de salida

María se quedó sobándose la mejilla, pensando en que pronto se iba a vengar

...

En el consultorio de la doctora Heyerdal

-Hola Helga – saludó la oriental a su mejor amiga – me sorprende mucho tenerte por aquí...¿te has sentido mal? – preguntó con preocupación

-La verdad, sí – respondió la ojiazul – últimamente no me he estado sintiendo bien, me duele mucho la cabeza y todo me da vueltas y siento punzadas de dolor en el vientre bajo

-Vayamos a la sala de ecografías

La rubia obedeció y siguió a su amiga hasta el lugar en donde le examinarían.

Después de unos minutos, la oriental estaba viendo en una pantalla, el útero de la empresaria

-Helga – habló casi en un susurro y abriendo los ojos de par en par – ¿desde cuándo estás así?

-En realidad desde hace más de un mes

-Pero la última vez que viniste a mi consultorio, no me dijiste nada de eso

-Pues era porque no quería alarmarte, además tú sabes que no puedo internarme aun, porque era obvio que me ibas a decir que lo haga.

-Pues ahora sí tendrás que hacerlo

-¿Qué?...¿por qué? – preguntó con algo de temor – además internarme en estos momentos de mi vida, es imposible...tú sabes la lucha que estoy teniendo con Lorenzo

-Helga...o te operas inmediatamente o pierdes a tu bebé – soltó

-¿Qué?...– dijo con pasmo – ¿cuál bebé?

-El bebé que está creciendo en tu vientre...Helga estás embarazada – la miró de forma comprensiva

-No, no puede ser – dijo mientras se sentaba y tocaba su vientre instintivamente – ¿estoy embarazada? – seguía hablando mientras una sensación cálida invadía su corazón

-Si Helga – la miraba con preocupación – ¿te alegra estarlo?

-Como no me va alegrar, si estoy esperando un hijo del hombre que amo – decía sonriendo –¿qué pasa? – preguntó al ver la expresión de preocupación en el rostro de su mejor amiga – ¿mi bebé está mal?

Complicado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora