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La atmósfera fantasiosa e irreal se fundía en sus ojos como una cascada infinita. La temperatura del lugar era regular, ni tan fría ni tan caliente, la belleza del lugar era innegable, pero la presencia de alguien más lo aturdió.

Le extrañaba no oír la fastidiosa voz del desconocido. Camino por las camineras que se encontraban en mitad del campo y de las flores de distintos colores. La calma que transmitía esa persona sentada junto al lago le conmovía.

La margarita que se encontraba entre su nuca y hombro ardió, con tanta prepotencia que creía que moriría ahí mismo.

Unos orbes café lo miraron con preocupación y cariño, como jamás nadie lo ha hecho, ni siquiera su madre o su padre.

-Min- le murmura al viento, sabiendo que el nombrado oiría sus palabras aun si se encuentran a demasiada distancia.

El castaño cae de rodillas al suelo, sostiene su hombro intentado evitar que ese escozor se marchara, pero no lo estaba consiguiendo. El de rubios cabellos lo observaba consternado, pudiendo escuchar los fuertes latidos de en su pecho, aun si ser suyo.

Minho podía sentir la respiración agitada del rubio, como sus pensamientos volaban en cuestionamientos de sí acercarse o mantenerse alejado para no causarle más dolor. Porque eso era lo que le provocaba a la gente, dolor, ¿no?

-No, Jisung, no me lastimas- pronunciaba cada palabra con más dolor.

Jisung al oír sus palabras sintió una presión en el pecho, la desinhibida arritmia agitaba su alma con furia y desconcierto. De forma automática se encontraba corriendo hacia el castaño.

La distancia seguía siendo considerable, los quejidos de Minho parecían intensificar, la magna situación en la que ambos se encontraban parecía demasiado surreal hasta para ser un sueño.

¿Así se sentía conocer a tu alma gemela? No debería ser tan desastroso, se suponía que debía ser mágico y etéreo, algo inolvidable por lo maravilloso que fue.

Minho podía escuchar el latir acelerado del corazón de Jisung, la agitación en su respiración, oía las pisadas inestables que daba para llegar hasta él.

El rubio cayó de rodillas junto al cuerpo del castaño y lo abrazó, el temor se apoderaba a cada segundo de su alma, ¿cómo debía ayudar a su chico? No quería que sintiera ese detestable malestar, deseaba poder deshacerse de esa incomodidad.

-Min, ¿qué pasa?- dice desde su interior con duda y terror -¿cómo? ¿Cómo te puedo ayudar?

Las manos del rubio lo pegaban más a su cuerpo, Minho rodeo sus brazos por la cintura del contrario, coloco su cabeza sobre el hombro del rubio y se dejó descansar, la marca aun le quemaba el interior, pero ahora cientos de mariposas hacían estragos en su interior. El contrario soltó algunas lágrimas.

Jisung se tensó un momento al poder sentir el cuerpo del castaño tan cerca suyo, ese momento se tallaría en su mente hasta el fin de su vida.

-Puedo oír tus pensamientos, Jisung- el nombrado se sonroja y sonríe levemente.

-La marca, ¿qué es eso?- Minho se acomoda mejor en los brazos del rubio.

Lee duda sobre cómo debería responder esa pregunta, si era su alma gemela, ¿era posible que no sepa que era la marca de emparejamiento?

Con cuidado lleva su mano a la nuca del chico, Jisung siente un escalofrío recorrer su espina dorsal. Minho mueve la remera para ver la nuca del rubio, sin encontrar nada que pueda darle indicio de que sea su alma gemela.

-Qué extraño- murmura y Jisung mueve ligeramente la cabeza en señal de incomprensión.

Minho niega, el dolor ha pasado, se sienta recto y observa con detenimiento al chico junto a él. Cabello rubio un tanto despeinado, sus ojos húmedos por las lágrimas, su nariz roja al igual que sus regordetes cachetes. La mano de Minho viajo hasta la mejilla derecha de Jisung y la acaricio con todo el cariño que tenía para entregarle. El rubio se deshizo en su toque, dejándose hacer.

-Una marca determina quien es tu alma gemela, aparece cuando conoces a tu otra mitad, la primera vez es solo eso, el dibujo que representa a esa persona, la siguiente quema, el resto se torna del color que ese objeto representativo debe tener.

Aquella explicación basto para que la reacción tuviera sentido. Alamas gemelas, eso eran, ¿no? Pero estarían separados por cientos de mundos, sistemas solares, galaxias, por un gigantesco universo. Que desafortunada es la vida para los que se aman.

Jisung posiciono su mano donde antes había estado la de Minho. Un torrente de decepción se apodero de él. Injusto, desdichado y desgraciado destino el que tiene que vivir, porque si tanto lo ama, ¿no puede estar junto a él?

-Min, yo no puedo estar junto a ti- su voz tiembla.

El inhibidor malestar que pensar en la imposibilidad de poder pasar el resto de su vida con Minho parecía ser más grande que cualquier otro sentimiento.

Execrable es el significado de cada momento en el que la verdad y la compresión toman poder, nadie suelta una advertencia que anuncia que el universo es solo una conspiración para quienes no pueden evitar apegarse al rechazo de la fantasía y la brutalidad de la realidad, aquellos que pisaron el vació de la soledad no cuentan sus experiencias para que los amantes se sostengan los unos a otros para evitar caer los brazos del impredecible despecho, las almas viejas que conocen hasta el más inasequible secreto de la infinita oscuridad prefieren continuar entreteniéndose con ese egoísta juego donde el cariño y desafecto parecen ser los personajes principales antes de salvar a dos pobres corazones que se hunden en la miseria.

-Deja de pensarlo, porque nos amamos, aquí, en la epifanía de la nada misma- cada palabra sonaba tan única y lógica, que Jisung no pudo evitar dejar aquel temor atrás.

Con cuidado Minho se acercó al rubio, los labios de JIsung temblaron cuando el cálido aliento de Lee golpeo su rostro.

-Besamé, Minmin- le susurra su corazón y Minho acata la petición.

Un suave roce acaricia los labios del rubio, dejando de lado aquel intolerable revoloteo de alertas, se abalanza sobre los labios del castaño, una explosión de inmarcesible pasión se apodero de sus corazones. Ojala poder vivir para siempre en un sueño.

 Ojala poder vivir para siempre en un sueño

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Palabras de un corazón en silencioWhere stories live. Discover now