Mi espada y su Majestad [La Emperatriz Divorciada]

Capitulo 48

Corrí lo más rápido que pude a la entrada principal, dejando por detrás a las damas gritando que “Dejara de correr”, al llegar, acicalé mi ropa y suspiré profundamente para calmar mis ansías.

—Allí está el emperador — menciona Esther señalando.

—¡Sovieshu! — se acerca.

—Mi luna — también hace lo mismo y la abraza.

Tanto tiempo, el frío que sentía se volvió cálido al abrazarlo.

—Te traje una sorpresa — le susurra y sonríe.

—¿El qué?

—Trae a las niñas — le ordena a un caballero.

Al verlas bajar del carruaje mis emociones no pudieron quedarse reprimidas, mis lágrimas recorren mis mejillas a montones.

—Nenas… ¡Nenas! — corre a abrazarlas.

Solo Glorym me reconoce y me abraza llorando en mis brazos, mientras Jade aún sigue siendo una pequeña bebé que ni siquiera ha cumplido el año; las dos visten con harapos, sin embargo, no parecen maltratadas, ni heridas.

—Gracias a la luna están bien — aliviada.

—Gracias a Susana, las encontramos — dice el emperador acercándose.

—¿Susana?

—Soy yo, su majestad — se aproxima.

La sirvienta que me ayudó a escapar se llama Susana.

—Gracias Susana, como te lo prometí… tú y tu familia podrán vivir en paz.

—Gracias su majestad — feliz.

Mi hermano, se arrimó a mi lado esperando que acariciara su melena, hice lo que quiso, supe desde ese instante que él no siguió la tradición del clan y que me quiere; luego se marchó, creo que volvió al ducado donde su familia lo espera con ansias.
Sovieshu ordenó que llevaran a las niñas a sus habitaciones y les dieran un baño.
Pedí que después las llevaran a mi habitación, además de algunos dulces para ellas.

—Estoy tan nerviosa, ¿Dónde está Ian?

—Tranquila su majestad — le da un masaje en la espalda — el señorito pronto vendrá, lo están vistiendo.

—Esther, ¿Jade me aceptará?

—¿…?

—Solo digo… tanto tiempo lejos, apenas tenía un par de meses de haber nacido y me alejaron de ella.

—Pues… Ella es muy cercana al emperador.

—¿De qué hablas?

Antes de recibir una respuesta de Esther, Sovieshu entró a la habitación con las dos niñas, Glorym tomando su mano y Jade en brazos de él, chupando su dedito.

Se ve tan tierna, con su vestido con… ¿¡Joyas?!

—¡Sovieshu!

—¿Qué? Se ve tan hermosa así, ¿Verdad mi pequeña joya? — besa su mejilla regordeta.

—¡Gya! — sonríe.

Supongo que… Estoy celosa.

Pronto será el cumpleaños de Jade, ¿Será ideal planearlo? Apenas tendrá un año de edad.
No, consideró que no es buena idea.

—Quiero hacer una gran fiesta para nuestra hija.

—¿Qué? — sorprendida — «¿Me leyó la mente?» Una fiesta es muy exagerada.

—¿Por qué? Significa que ya tiene un añito de vida, estuvo lejos de nosotros y quiero que nuestros aliados, y enemigos se den cuenta de que Jade está aquí.

—No — sonríe.

—Pero…

—¡No!

Sovieshu sonríe nervioso ante mi respuesta.

—Sovieshu… ¿Qué hiciste?

—Bueno…

Al parecer, mi esposo envió las invitaciones al momento que encontró a Jade.

Invitó desde el reino más lejano hasta el cercano, significa que invitó al occidente a esta fiesta, supongo que él no sabe que tuve una maravillosa charla con Navier.
Solo me atrevo a sonreír con incomodidad ante la decisión de mi esposo; sin embargo, no puedo decirle nada.

—Está bien, espero que todos tus invitados vengan.

—Tu sonrisa me da miedo, mi luna.

—No me prestes atención.

🍃🍃🍃

Así pasaron los días, el palacio fue decorado con colores que Jade escogía al solo ver una paleta, Sovieshu está derrochando dinero en una fiesta para su hija que apenas cumplirá un año de edad, no obstante, Jade observa todo fijamente, ¿Tal vez es algo que hacen los bebés al ver algo que les llame la atención? No sabría deducirlo, apenas soy madre primeriza.

Algunos invitados ya se están hospedando en el palacio Sur, lo bueno es que ese lugar tiene más cuartos que el mejor hotel de mi antiguo mundo.

—Su majestad.

Esa voz es conocida, Kaufman aparece por detrás con la duquesa Charlotte, estoy tan feliz de verlos.

—Duques, es un gusto volver a verlos.

—Gracias a usted y al emperador por la invitación — hace una pequeña reverencia — trajimos un regalo para la princesa heredera.

—Muchas gracias Duquesa Charlotte.

Los tres nos entretuvimos hablando de cosas que han pasado durante todo el tiempo que no nos hemos visto, los dos quedaron en shock al saber de mi secuestro y de cómo el Occidente puede ser un posible futuro enemigo.

—No quiero pensar en ello, Ergie es del Occidente, pero los emperadores no estaban al tanto de eso.

—¿Eso crees? — cuestiona Kaufman.

—Lo dudo mucho, pero quiero mantener eso aún hasta confirmar mis sospechas.

—Bueno, cualquier cosa mi reino te apoyará en lo que necesites.

—Gracias, sin embargo, si se llegará librar una batalla, no incluiré a ningún reino aliado.

—¿Lucharás sola?

—Si… No soy una persona débil, me secuestraron fácilmente porque tenían mis debilidades.

—Y como ahora están contigo, estás confiada.

—Eres muy listo Kaufman.

Los tres reímos y nos despedimos para seguir con nuestras cosas, siempre he tenido un sueño loco y me hace preguntarme, ¿Podría expandir el oriente?, ¿Cuántos reinos hay afuera?, ¿Cuántos son enemigos?, ¿Podré conquistarlos todos y hacer que en los libros de historia reconozcan a Sovieshu como el emperador que colonizó casi todos los reinos existentes? Puede escucharse ficticio y poco realista, pero estoy en una historia donde la magia predomina el mundo, además que soy una especie de León mágico que puede destruir un imperio armado con tan solo un moviendo de las garras.

Son sueños, son solo sueños que no intentaré realizar por ahora.

Bien, la decoración es estúpidamente cara, demasiado oro y joyas.

—¡Sovieshu, es una fiesta infantil, no una gala! — le grita al encontrarlo.

—¡Es mi nena la que está cumpliendo años, esto tiene que ser fabuloso! — con Jade en brazos — no le hagas caso a tu mami, ella está celosa porque solo te doy amor a ti.

— ¡Guh! — mueve los brazos.

Creo que en cierta parte, estoy celosa de la atención que Sovieshu le da a nuestra hija, ¿Será por el embarazo? Mis hormonas deben estar alteradas.
No lo culpo, es un excelente padre y un buen esposo.

Haría cualquier cosa por él, incluso matar a los que se interpongan en su camino.

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