Aura Ravenstone asciende las escaleras sin tomar ningún ascensor. Necesita caminar, mover su cuerpo. Lleva demasiados días postrada en una cama. El dolor no ha remitido del todo.
Tiene que solicitar a los dos Agentes de la Autoridad que custodian esa habitación que la dejen pasar. Aura alega que solamente quiere hacerle unas preguntas a la concursante. Es posible que nadie se crea esa excusa, pero lo está solicitando Aura Ravenstone. Es evidente que la van a dejar pasar.
Entre ambos abren la puerta blindada (una broma para una habilidosa Sólida) y esa habitación con aspecto de celda de prisión aparece ante sus ojos.
Cynthia Siena está allí, tumbada en su cama, con una mano sobre su estómago y la otra esposada a la pared. La mano esposada tiene un montón de cables conectados a ella, todos procedentes del enorme aparato Curador que está junto a la cama.
De nuevo, esas cadenas que la amarran serían solo papel para Artemis, si pudiese emplear su habilidad Sólida y destrozar todo cuanto la rodea.
Pero no puede. El chip que tiene conectado sobre la oreja derecha emite unas vibraciones que la incapacitan para hacer uso de sus "peligrosas habilidades".
El desastre que causó hace dos días todavía tiene atemorizado a todo el personal del Centro de Recuperación. Han bloqueado su habilidad, dicen, por garantizar la seguridad del resto de los participantes. Y ni qué decir tiene que ha sido la persona más interrogada por Mónica Bayas.
Aura tiene una opinión clara al respecto. Si Cynthia Siena ha sido obligada a permanecer encerrada como una criminal y dejar de usar su habilidad, todo el mundo debería haber sufrido el mismo destino.
Y no ha sido así.
Hay una pirata y un habilidoso Termo a los que no se les ha impuesto restricción alguna.
Cynthia Siena sonríe al ver a Aura.
—¿Qué tal ha ido? —pregunta.
Aura mantiene su sonrisa forzada por inercia.
—Todo Corinto está nervioso.
—Ya me imagino.
—Nadie está actuando con sensatez y eso solo agrava el problema.
—Sí —corrobora Cynthia, levantando su mano encadenada—. Qué me vas a contar a mí.
Aura acorta distancia entre ambas y se sienta a su lado.
Cynthia Siena, alias Artemis, ha sido una persona a la que han adorado los medios desde siempre. La Red Virtual se deshacía en alabanzas cada vez que uno de los peligrosos criminales del planeta era atrapado bajo sus feroces rocas. Su cabello ha causado tendencia entre las chicas del planeta y patrocina entrenamientos con su nombre, bebidas energéticas y alimentos que incrementan la musculatura.
Artemis es una auténtica celebridad.
Se encargaba del trabajo sucio, perseguía a las bandas no civiles que podían suponer una amenaza para Corinto y las llevaba frente a la justicia, casi como una heroína de cómic. Es una loba solitaria; no cuenta con ninguna persona que la acompañe en sus hazañas y ha rechazado todas las peticiones de sus fieles seguidoras de formar equipo con ella. En confianza, a Aura le confesó que estaba pensando en consolidar su propio escuadrón de mujeres, casi como homenaje a la deidad que representaba. Conocedora de los mitos griegos, Aura la comprendió perfectamente y la animó a hacerlo.
Ahora, ninguna de las dos puede pensar en ello.
—¿Qué piensan sobre la intoxicación?
Aura respira hondo. Por fin deja de sonreír.
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Pesadilla En La Cocina Estelar
Ciencia FicciónOcho concursantes. Ocho intoxicaciones. Los últimos participantes de un reality show llamado Cocina estelar se encuentran ingresados por consumir un plato con un ingrediente peligroso para la salud. Nadie sabe quién fue el responsable de la intoxica...