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Aburrido, miraba el ascenso del sol que reflejaba las montañas alejadas del imperio, movió sus orejas y parpadeo con cansancio, solto un bostezo que dejó mostrar sus grandes colmillos, haciendo que algunos guardias que lo vigilaraban lo mirarán con desprecio.
Sombra como siempre, ignoro a los malditos insectos insignificantes y bufo, irritado de estar en ese lugar, esperando algo, suponía que una táctica de Amore para hacerlo cambiar de opinión, pero no importaba que hiciera, él no cambiaría nada, así que se dedicó a esperar con qué patético intento ingenioso de desespero, Amore buscaría hacerlo cambiar de parecer.
Paso el amanecer, y el sol ya estaba en el centro del cielo, anunciando el medio día, y él ya estaba perdiendo la paciencia, movia su casco con impaciencia y gruñía a cada guardia que le miraba de reojo.
El sonido de cascos pesados lo hizo mover las orejas con atención, ese tipo de sonido al caminar, solamente podía ser de un guardia real envueltos en cascos de hierro, o de los cascos envueltos en zapatillas de oro de la realeza.
Volteo la mirada hacia el sonido, y distinguio a la princesa Amore llegar en compañía de alguien más, alguien que por muchas Lunas, partió de su lado sin ningun adiós.
Gruñendo en advertencia, el semental mostró sus grandes colmillos a la que antes fue su mejor amiga, Radiant Hope al verlos bajo las orejas debido al miedo y pesar que le dolía al verlo de esa forma y dió unos pasos hacia atrás, Sombra tras ver eso nada más le dedicó una mirada fría y volteó a ver a la princesa Amore quien lo miraba sin expresión alguna y a la defensiva.
Radiant Hope lo miro más detalladamente, dándose cuenta que su mejor amigo ya no era ese joven semental que jugaba y se divertida con ella a escondidas del orfanato hace muchas Lunas atrás, ahora era un gran poni macho mucho mas alto que un semental promedio, pero con la clara diferencia de que esté semental frente a ella estaba manchado con la oscuridad además de su pelaje, podia verlo claramente en la magia que usaba, y en su cuerno curvo, como también en sus ojos que ahora eran rojos, también noto que esté ya no tenía esa tierna mirada que alguna vez le regaló, estos ahora irradiando dolor, frialdad, crueldad y odio, una mezcla que le hizo pensar en cuanto había sufrido su querido amigo en las lunas en que ella se había ido lejos del imperio.
Sombra soltó una risa sarcástica e hizo un además con su casco. Burlándose de la pésima idea que tuvo la princesa, que involugraba a su pasado.
Si tan solo ella supiera que solo empeoró la situación.